Otra cosa que puedes hacer es intentar relativizar los errores que
cometas – sobre todo si eres muy perfeccionista y tiendes a ser muy
crítico contigo mismo. Todo el mundo comete errores, y tal vez hayas
oído en boca de tus profesores o entrenadores que los errores son
“oportunidades de aprendizaje”. Aprender a tolerar los errores sin
importancia – como el problema que hiciste mal en el examen sorpresa de
matemáticas – es una facultad muy valiosa.