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Enmarca nuestro rostro, le da color y le aporta personalidad: el cabello
es uno de los atributos de belleza que más determinan nuestra imagen. Sin embargo, una
melena demasiado grasienta puede arruinar todos los esfuerzos por mantener un cabello
brillante y resplandeciente.

El cabello graso requiere unos cuidados
específicos para mantener un aspecto limpio y agradable. Es extremadamente fácil de
reconocer: se ensucia con mucha facilidad, presenta un aspecto apelmazado y pierde volumen
y viveza a las pocas horas después del lavado.

Lavar la melena a diario o espaciar
más los lavados es uno de los dilemas que ha enfrentado durante años a profesionales de
la peluquería. Los expertos aconsejan lavar el cabello unas tres veces por semana para no
castigar demasiado la melena con dosis excesivas de humedad. Los cabellos grasos no deben
lavarse diariamente, a pesar de que pueda parecer imprescindible. El exceso de humedad y
el masaje demasiado reiterado reproducen todavía más la apariencia seborreica. Y,
aunque, al principio parezca que has atenuado los problemas y que la apariencia de tu
melena ha mejorado, el efecto real es nefasto.

La temperatura del agua también
puede ayudarnos a controlar el exceso de sebo. Debes empezar a masajear el cabello bajo un
chorro de agua templada. Posteriormente, varia la temperatura del agua, enfriándola cada
vez más, hasta llegar a tu límite. Rociar el pelo con un chorrito de vinagre es un
eficaz truco que aporta brillo y ayuda a frenar el exceso de sebo. Sin embargo, después
debes enjuagar con abundante agua el cabello, sobretodo para eliminar el olor fuerte y
rancio del vinagre.

Los champús deben ser siempre
específicos para pelo graso. La composición de estos champús para cabellos seborreicos
ayuda a mantener el brillo y la limpieza durante más tiempo. Los productos dos o tres en
uno (con acondicionador y con mascarilla) tampoco son una solución óptima para los
cabellos grasos, ya que estimulan la regeneración de la grasa.

El acondicionador está prohibido en
casi todos las ocasiones. Si tienes el pelo largo y crees que es imprescindible usar una
crema suavizante para facilitar el peinado y que no se te hagan nudos, aplica una dosis
mínima únicamente en las puntas. Jamás te pongas acondicionador en la raíz del
cabello.

Las mascarillas, los geles o los
productos moldeadores
deben pertenecer siempre a una gamma de tratamiento específica,
que no aporte grasa.

Cepillar con energía la melena es
un truco eficaz para disimular el exceso de grasa, cuando no tienes tiempo para lavarla,
pero la ocasión lo exige. Sin embargo, si cepillas con demasiada frecuencia el cuero
cabelludo responde activando la segregación de grasa.

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