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La torsión tibial interna es una torcedura en la tibia (el hueso de la pierna que está entre la rodilla y el tobillo). Los padres generalmente notan la torsión tibial interna más o menos al mismo tiempo que el niño comienza a caminar. Algo de torsión interna en el hueso tibial es normal en los bebés. Usualmente esta torsión se endereza durante el primer año de vida del bebé. En algunos niños la torsión no se endereza lo suficiente como para que sus pies apunten derecho o hacia afuera, y esos son los niños que todavía tienen intrarrotación de la marcha (caminan con los pies hacia adentro) cuando comienzan a caminar. Los huesos de la pierna por lo general continúan creciendo más derechos hasta que el niño cumple seis a ocho años de edad.
Los aparatos ortopédicos y los zapatos especiales no son útiles. Un tratamiento que se ha usado es una barra con zapatos unidos a ella que hacen que los pies del niño apunten hacia afuera. No se ha demostrado que esto funcione. Los aparatos ortopédicos como esos son caros y por lo regular a los niños no les gusta usarlos. Entonces, los médicos no dan ningún tratamiento para torsión tibial interna en niños pequeños. En un número pequeño de niños, la torsión en la tibia no desaparece. Inclusive si la torsión persiste no se ha demostrado que cause artritis o problemas al correr o saltar.
Algunas veces la apariencia es un problema. En este caso, el tratamiento es cortar los huesos y voltearlos (rotarlos) hacia afuera de modo que los pies apunten hacia el frente. Muy pocos niños necesitan esta cirugía. Esto es algo que debe discutirse cuidadosamente con el médico de su niño.

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