Digiere el cuerpo en nuestra alma blanca
– Por lo cual digo por ultima vez, digiere el cuerpo en nuestra alma blanca, es decir, el mercurio, hasta que se disuelva en negrura, y después, por digestión continua, que se le prive de la misma negrura, y el cuerpo así disuelto ascenderá o se elevará al cabo del tiempo con un alma blanca.
Y entonces el uno se mezclará con el otro, y así se abrazarán el uno al otro de modo que no será posible separarlos nunca más, sino que el espíritu, con un acuerdo real, se unirá con el cuerpo, y hará una sustancia permanente o fija.
Y esta es la solución del cuerpo, y la coagulación del espíritu que tienen una y la misma operación.
Quien sabe por tanto cómo unir los principios, o dirigir la obra, impregnar, mortificar, pudrir, generar, vivificar las especies, hacerlo blanco, limpiar al buitre de su negrura y oscuridad, hasta que es purgado por el fuego y teñido, y purificado de todas sus manchas, será el poseedor de un tesoro tan grande que incluso los reyes le venerarán.