Este compositum no es una obra de las manos
– Resulta pues, que este compositum no es una obra de las manos, sino un cambio de las naturalezas; porque la naturaleza se disuelve y se une, se sublima y se eleva, y se vuelve blanca, estando separada de las heces.
Y en una sublimación así se juntan las partes más sutiles, puras y esenciales; pues la naturaleza o propiedad ígnea eleva las partes sutiles, separa siempre lo más puro, dejando lo más grosero en el fondo.
Por lo cual tu fuego debería ser un vapor suave y continuo, con el que sublimas, afin de que la materia pueda llenarse con el espíritu del aire, y vivir.
Pues naturalmente todas las cosas toman vida de la inhalación del aire; y así también nuestro magisterio recibe dentro el vapor o espíritu, por la sublimación del agua.