Nuestra tierra se pudre y se vuelve negra
– Pues nuestra tierra se pudre y se vuelve negra; entonces se limpia en la elevación o separación; posteriormente al ser secada, su negrura se aparta de ella, y entonces se blanquea, y perece el dominio femenino de la humedad y la oscuridad; entonces también el vapor blanco penetra a través del nuevo cuepro, y los espíritus son atados o fijados en la sequedad.
Y aquello que es corruptor, deformado y negro por la humedad, se desvanece; de modo que el nuevo cuerpo se eleva de nuevo claro, puro, blanco, e inmortal, obteniendo la victoria sobre todos sus enemigos.
Y así como el calor actuando sobre aquellos que es húmedo, causa o genera la negrura, que es el calor primario o primero, así siempre por decocción, al trabajar cada vez más calor, sobre aquello que está seco, genera la blancura, que es el segundo color; y después trabajando sobre aquellos que está pura y perfectamente seco, produce la citrinidad y la rojez; todo esto por los colores.
Debemos ser por tanto esa cosa que tiene su cabeza roja y después blanca, pero sus pies blancos y después rojos; y sus ojos de antemano negros, que esta cosa, digo, es la única materia de nuestro magisterio.