Y contra esta roca cafarena
– Y contra esta roca cafareana, el barco del conocimiento, o arte del joven filósofo, se estrella a menudo, como me ocurrió a mí también a veces, porque los filósofos en su mayor parte hablan todo lo contrario.
Es decir, que nada debe quitarse o separarse, excepto la humedad, que es la negrura; lo que no obstante hablan y escriben sólo para el imprudente, que, sin un maestro, lectura infatigable, o súplicas humildes a Dios Todopoderoso, arrebataría el vellocino de oro.
Ha de observarse, en consecuencia, que esta separación, división, y sublimación es sin duda la clave de toda la obra.