Cuando la figura se interpone y el espejo controla la vida de una mujer, su vida sexual puede verse afectada.
Estudios recientes han demostrado que cuando una persona elimina los carbohidratos de su alimentación, para conservar una figura perfecta, sus niveles de serotonina se ven afectados.
Esta situación la puede poner más ansiosa y deprimida, lo cual nunca es bueno para el sexo.
Además cuando el espejo controla su vida, si no se refleja bella y esbelta, puede llegar a experimentar intensos deseos de comer, que si se hacen realidad, más tarde atormentará sus pensamientos.
La vida sexual de estas mujeres se torna frustrante. Su capacidad de dar y recibir placer se ve afectado de tal forma que no es capaz de encontrar disfrute.
Hay quien culpa de esta situación a los patrones idealizados de belleza, donde la figura estilizada es símbolo de mujer perfecta e ideal.
Patrón de belleza difícil de alcanzar por la mayoría de las mujeres. El problema comienza cuando éstas, ligan su autoestima a algo tan efímero como el peso.
Llegan a avergonzarse cuando aparecen unos kilos de más. Y, en casos extremos, sienten que han perdido todo atractivo.
Ocultándose y distanciándose del compañero para evitar a toda costa el sexo.
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