Sofrología y autocontrol
La sofrología tiene mucho ver con el optimismo vital. Esta técnica impulsada por el colombiano Alfonso Gaycedo, propone el conocimiento profundo del individuo en su doble dimensión física y psíquica. Su objetivo va dirigido a reforzar las estructuras de la personalidad, potenciando el autocontrol como garantía de salud.
Fue el neuropsiquiatra colombiano Alfonso Gaycedo quien, desencantado de los resultados de su trabajo con la hipnosis, y tras asomarse a las técnicas de relajación orientales, estableció las premisas del actual método sofrológico. Una técnica encaminada a lograr el equilibrio y la armonía física y mental.
La sofrología es un movimiento científico de reciente creación. Nació en España en el año 1960 y ha sido precisamente en este país donde se han desarrollado las investigaciones más interesantes. Pero esta técnica no ha caminado sola. A lo largo de su existencia ha contado con la ayuda de profesionales de otras ciencias como son la medicina, la psicología o la pedagogía. Ellos han intentado adaptar esta nueva propuesta al contexto de sus respectivas especialidades.
Conocimiento profundo
Lo que propone la sofrología es el conocimiento profundo del individuo en su doble dimensión física y psíquica. Por eso, su aplicación ideal tiene carácter preventivo. En este aspecto mejora la calidad de vida en la medida en que ayuda a valorar lo positivo frente a la tendencia que tiene el hombre moderno a ver el lado malo de las cosas.
Pero también tiene aplicación terapéutica en las enfermedades psicosomáticas (es decir, en dolencias físicas que tienen un origen psicológico) y en algunos conflictos de personalidad: ansiedad, angustia, fobias, etc. De la misma forma, puede desempeñar un papel importante en procesos largos de rehabilitación, en la aceptación de enfermedades crónicas o terminales y ante la implantación de prótesis.
Trastornos a tratar
Hipertensión arterial, jaquecas y cefaleas, neuralgias funcionales, colon irritable, obesidad causada por ansiedad, inapetencias, estados de cansancio injustificado, agotamiento físico o mental, insomnios, pérdidas de memoria y estrés. Estos son algunos de los ejemplos de los muchos trastornos en los cuales la aplicación de la sofrología ofrece resultados satisfactorios, bien como única terapia, bien como complemento a otro tratamiento médico.
Cuando la enfermedad tiene su origen en un conflicto psicológico su eficacia es “limitada”, señala la psiquiatra Rosa Gómez. “No soluciona el problema, pero sí es un instrumento útil desde el momento en que puede enseñar al paciente a controlar situaciones difíciles o su propio estado de ansiedad”, añade la experta.
Problemas infantiles
También trata y, con un alto porcentaje de éxito, problemas psicosomáticos propios de la infancia como la enuresis, los tics o los dolores fantasma. En la rama pediátrica se está utilizando, en general, con muy buenos resultados. En este sentido, se persigue proveer al niño de mecanismos de respuesta frente a las causas por las que puede sufrir una situación de estrés, puesto que éste es un factor fundamental para que aflore la depresión infantil.
La preparación para la maternidad es otra de las posibilidades que ofrece esta técnica. El objetivo entonces no es tanto un parto sin dolor como una maternidad responsable. Aunque el especialista también prepara a la futura madre para afrontar el momento en las mejores condiciones posibles, evitando los traumas en el momento del alumbramiento y facilitando una mayor vitalidad en el recién nacido.
Para ello, el método que se desarrolla a través de un entrenamiento en grupo, recurre a una información detallada y objetiva de las diferentes fases que componen el parto: control de respiración, dilatación,…