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No trabaje más…

 

“Noto que algunas veces me cuesta más trabajo estudiar o concentrarme que otras”.

Especialmente al regreso de unas vacaciones, es probable que a usted, a su hijo, su pareja o amistades les suceda lo mismo.

 

¿Razones? Hay muchas y, de acuerdo a las últimas investigaciones, son muy fáciles de solucionar.

Comparto con usted 7 principios básicos que mejoran nuestro desempeño y aprendizaje:

 

Empecemos por comparar nuestro cerebro con el coche deportivo más poderoso sobre la tierra: puede correr a una velocidad ilimitada, pero si no tenemos la llave, no sabemos cómo manejarlo o cómo mantenerlo, de nada nos sirve, o en el último de los casos, no funcionará en toda su capacidad.

No es novedad decirle que el mundo está cambiando, pero, ¿sabía que una edición del periódico New York Times contiene más información que lo que la gente en el Siglo 17 estaba expuesta durante toda su vida?, ¿que las personas hoy en día trabajamos con cinco veces más volúmenes de información que hace sólo 20 años?

Por ello, si queremos vivir con un poco de cordura, tenemos que buscar un balance en nuestras vidas. Lo irónico es que nuestro día sigue siendo sólo de 24 horas. Esto implicaría trabajar ocho horas, descansar otras ocho y pasar otras ocho horas en asuntos personales como: familia, ejercicio, espiritualidad, socialización y demás.

Nuestro reto: no trabajar más, trabajar mejor. Necesitamos ser “gente de cerebro completo”, usar todos los sistemas, hemisferios y lóbulos del cerebro como una unidad y alinearlo con la forma en que el cerebro funciona mejor, de una manera natural.

Elige un trabajo

Los 7 principios básicos:

De acuerdo a las investigaciones de André Vermeulen en su manual “Advance Whole Brain Integration”, éstos son los 7 principios:

 

1. Estimúlelo físicamente. Muévase, baile, haga ejercicio aeróbico, nade, juegue tenis o futbol. Haga ejercicios de lateralidad, por ejemplo, con la mano izquierda toque su oreja derecha y con la mano derecha toque su nariz, ahora al revés y repítalo varias veces hasta dominarlo.

2. Tome 8 vasos de agua. De acuerdo a los expertos, esto, no es opcional, es obligatorio si queremos que nuestro cerebro funcione de una manera óptima. Y si estamos estresados, debemos aumentar a 16 vasos de agua al día. El 90 por ciento del volumen de nuestro cerebro, está compuesto por agua y es el principal vehículo de las transmisiones electroquímicas.

3. Oxigénese. Haga ejercicio, salga al campo. Antes de una junta importante o de un trabajo que necesite concentración respire hondo, en 4 tiempos, sostenga el aire en 16 y exhale en 8.

El doctor Otto Warburg premio Nóbel de fisiología, hizo un experimento en el cual logró convertir células sanas en malignas, a través del sencillo procedimiento de reducirles el oxígeno. Rodéese de plantas, ¿sabía que una sola planta puede remover partículas contaminantes del aire en un espacio de 9 metros cuadrados? Las plantas aumentan la ionización negativa del aire y lo cargan de oxígeno, aumentando nuestra productividad en un 10 por ciento. Algunas plantas, como las dársenas, han probado ser de las mejores para esto.

4. Consuma alimentos para el cerebro. Al cerebro le conviene que comamos cinco porciones de fruta y verdura al día, semillas, nueces, ajo, granos completos, champiñones, aceites prensados en frío y proteínas. El pescado, literalmente ,genera la construcción de nuevas neurocélulas.

5. Piense positivamente. Los pensamientos negativos generan químicos que bloquean la conexión entre los neurotransmisores. Como decía Henry Ford: “Si piensas que puedes o que no puedes, siempre estarás en lo correcto”.

6. Escuche música barroca. La música es la puerta hacia terrenos interiores, toca lugares fuera de nuestro alcance, ayuda a la creatividad, a la expresión personal y facilita el aprendizaje. Un granjero comprobó que al ponerle música barroca a las vacas, en ellas había un aumento en la producción de leche y en sus glóbulos blancos.

7. Rete a su cerebro. Si no lo usamos, lo perdemos. Juegue ajedrez, resuelva crucigramas, aprenda a tocar un instrumento, haga matemáticas, viaje a lugares nuevos, vaya a exposiciones de arte, lea, estudie algo. Escriba y dibuje con su mano no dominante. Abra su mente a nuevas experiencias y formas de pensar. Todo esto genera que el cerebro funcione mejor.

Podemos concluir que en este llamado “Milenio de la mente”, la única manera de ser competitivos y mantener un balance en nuestras vidas no es trabajar más, sino trabajar mejor.

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