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La jubilación no tiene por qué implicar el cese de la actividad profesional. Hay diferentes formas de poder seguir ejerciendo una labor, aprendida durante largos años y que, encima, puede repercutir beneficiosamente sobre la sociedad. Tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea, Canadá o Australia existen lo que se denominan asociaciones de seniors, que intentan ayudar y asesorar a empresarios.

El profesional no nace, sino que se hace a lo largo de muchos años. El castizo refrán que dice que “la experiencia es un grado”, es cierto en la vida profesional de cualquier individuo. Por eso, cuando llega la hora del retiro, no puede decirse que con ello se pierda la capacidad profesional.

Bajo el objetivo de mantener una actividad profesional tras la jubilación y un servicio en beneficio de la sociedad, nacen las organizaciones de senior. Son organizaciones no profesionales, que realizan una labor sin ánimo de lucro. Es decir, no reciben una remuneración directa por su trabajo. Tras años de vida activa y de profundos conocimientos, estas personas jubiladas o prejubiladas ayudan a los más jóvenes a iniciar su vida empresarial.

Apoyo y prestigio

Prestan su consejo y asesoramiento de forma gratuita para que las nuevas generaciones de empresarios no tengan que tropezar en las mismas piedras que ellos tuvieron. Allanan los primeros pasos del camino profesional a los más jóvenes sin pensar cuánto van a recibir por ello y en los momentos de la creación y puesta en marcha de las empresas.

Este tipo de ONG (organización sin ánimo de lucro) tiene un gran prestigio mundial. Suelen contar entre sus filas con personas emblemáticas del mundo de la economía nacional, que con un profundo conocimiento de los mercados mundiales, apoyan y alientan a la nueva generación de empresarios.

Su prestigio es altísimo en el mundo empresarial. Ofrecen colaboración tanto en los pequeños proyectos como en grandes actuaciones, por ejemplo, de la Unión Europea. Actualmente, hay incluso algunos países o regiones que solicitan su colaboración para poner en marcha determinadas actuaciones o políticas de desarrollo económico.

Mi asesor es un jubilado

Europa y España

Dentro de la Unión Europea existen 30 Asociaciones de seniors, que agrupan a más de 26.000 seniors voluntarios. A su vez, han creado una organización de carácter europeo, llamada ESSN (European Seniors Service Network). Esta organización participa en grandes actividades y misiones internacionales en el marco de los programas y ayudas europeas. Poseen un alto reconocimiento y reputación en todo los países de la Unión y sus proyectos son considerados emblemáticos.

En España, se encuentra SECOT (Seniors para la Cooperación Técnica). “SECOT es una Asociación sin ánimo de lucro, declarada de Utilidad Pública, que agrupa a profesionales jubilados o prejubilados (los seniors) que, en régimen de voluntariado y de forma desinteresada, aportan sus conocimientos y experiencia profesional para prestar asistencia técnica y de gestión a entidades sin recursos”, dice Carlos Díez Nicolás, Delegado de SECOT a Distancia y Miembro de la Junta Directiva.

Actualmente, SECOT cuenta con más de 800 asociados que desde su inicio, en 1989, han ayudado a despegar a millares de empresas en todo el ámbito nacional. “Nuestro asesoramiento cubre todos los aspectos de la gestión empresarial, desde la orientación para la formulación del Plan de Empresa hasta la puesta en marcha y posterior seguimiento de las actividades de la nueva empresa” señala Díez Nicolás.

Servicios gratuitos

El asesoramiento que realizan las organizaciones de seniors cubre todos los aspectos de la gestión empresarial. Desde la orientación para la formulación del Plan de Empresa hasta la puesta en marcha y posterior seguimiento de las actividades de la nueva empresa. Todo ello de forma gratuita. Para Carlos Díez Nicolás “sin duda, SECOT ha contribuido, en sus más de 10 años de existencia, a la creación de nuevas empresas, a la generación de puestos de trabajo, y a la gestión y mejora de la competitividad de numerosas PYMES carentes de recursos económicos”.

Aunque este tipo de organizaciones no cobren sus servicios a las empresas que no tienen recursos, sus actividades generan gastos. Los asociados aportan desinteresadamente su trabajo, pero aún así siempre hay determinados costes. Para que éstos no tengan que ser pagados por los usuarios de los servicios, poseen algunas vías propias de financiación. Sus ingresos provienen tanto de las propias cuotas de los asociados, como de ayudas de los estados u organismos internacionales, así como de la aportación de grandes empresas, que funcionan como patronos protectores.

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