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Sube, baja, corre, ven, vete. Con esta locura, que no es inusual en este siglo XXI que nos ha tocado vivir, como para no sufrir de estrés. Aunque la verdad es que esta enfermedad no es nueva, en los últimos años se ha convertido en uno de las mayores causas de baja laboral, motivo más que suficiente para conocer sus causas y lo que es más importante aprender a esquivarla.

La palabra estrés proviene del latín y a lo largo de la historia ha sido utilizada para designar cosas tan diversas como una aflicción o fuerza. Sólo en el siglo XX empezó a significar lo que hoy entendemos por estrés, una enfermedad que todos conocemos muy de cerca porque en esta locura de siglo nadie se libra.

El motivo de la aparición del estrés es la reacción que sufre el cuerpo humano ante cualquier estímulo. Lo cierto es que si la reacción es positiva y el cuerpo consigue adaptarse a ese estímulo, entonces seguimos funcionando fenomenal. Pero si saturamos esa capacidad de adaptación, maltratando el cuerpo, es cuando comenzamos a estresarnos y surgen los problemas colaterales.

Problemas colaterales

Cuando hablamos de problemas colaterales nos referimos a que el estrés no es sólo una enfermedad en sí, sino que además es un desencadenante de otras enfermedades más graves, como por ejemplo: trastornos del corazón, hipertensión arterial, cáncer o diabetes.

El estrés produce una alarma en el cuerpo que se demuestra en respuestas fisiológicas como por ejemplo problemas en el sistema circulatorio, muscular o nervioso. Depende mucho de la persona y del grado de estrés que cada uno sienta ya que puedes simplemente sentirte enfadado, cansado o llegar hasta considerarte amenazado de muerte o sufrir un ataque al corazón.

Uno de los grandes problemas del estrés es que provoca una inmunodepresión del sistema de defensa, por lo cual la persona que sufre este trastorno es altamente propensa a sufrir enfermedades de tipo vírico que pueden ir desde una simple gripe hasta algo mucho más serio como una meningitis. Además, cuanto mayor sea el paciente que sufre estrés más problemática resulta esta inmunodepresión ya que en personas de edad avanzada un simple resfriado puede llegar a ser muy preocupante.

Diferentes niveles

Evidentemente el estrés puede tener diferentes niveles, no es lo mismo estar en un estado de tensión especial que se suprime en el momento que mejora la fase de tensión o, por el contrario, estar en un estado de presión constante que produce estrés crónico y desencadena la enfermedad. Pero cuando una persona sufre estrés lo puede manifestar de formas muy diferentes aunque generalmente afectan a la calidad del trabajo, la productividad, las relaciones sociales…locura-estres1

La razón de las diferentes formas de reaccionar ante el estrés es que hay dos tipos muy diferentes de pacientes. Hay personas que reaccionan intentando abarcar más actividades, enojándose, gritando, siendo hostil. Este perfil suele coincidir con el de ejecutivo agresivo y por lo general muy delgado y nervioso. Su máxima fundamental es que el tiempo es oro y hay que aprovecharlo. Otro tipo de paciente estresado y que es totalmente lo contrario al anterior arquetipo es la persona que suele ser gordita, bonachona, y que en momentos de estrés suele tender a la depresión.

Nadie se libra

El estrés no está simplemente ligado al trabajo, aunque este sea un ámbito en el que se note mucho. Pero también es verdad que otros ambientes como la familia o la vida doméstica pueden provocar graves cuadros de estrés. Los estudiantes tampoco se salvan de esta enfermedad y de hecho este grupo es uno de los más afectados por la misma. La temida época de exámenes puede llegar a causar problemas muy grandes, sobre todo si se le unen presiones familiares o la búsqueda de primer empleo.

El modo de combatir el estrés es tan obvio como difícil de conseguir. Hay que bajar el ritmo, respirar antes de salir corriendo, mejorar el estilo de vida y por supuesto recibir ayuda profesional tanto para los problemas físicos que provoca como para los psíquicos. Generalmente, el problema es que intentamos combatir el estrés luchando directamente contra él en vez de atacar la causa que lo produce por lo que sólo conseguimos empeorarlo, sólo paramos cuando una enfermedad nos obliga a permanecer en cama.

Si quieres llegar en buenas condiciones a la edad dorada debes aprender a relajarte, a mirar la vida con otros ojos y a darte cuenta de que el tiempo es oro pero que, si corres tanto, probablemente te quedes sin él antes de lo previsto.

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