Técnica milenaria
Siempre que no se tenga especial aversión por las agujas, la acupuntura puede ser la solución a múltiples dolencias y síntomas, como ansiedad, jaquecas, problemas musculares… y hasta casi 60 trastornos de todo tipo.
Se trata de una técnica milenaria basada en la estimulación de puntos estratégicos del organismo y, aunque no representa una solución total terapéutica, es eficaz, útil y sencilla de aplicar.
Puede que los trastornos y enfermedades crónicas no pongan en peligro la vida de nadie, pero desde luego la hacen bastante más complicada y repercuten en su calidad. Contra este tipo de dolencias, las medicinas complementarias representan una vía terapéutica muy estimable que alivia y calma síntomas, siendo además capaces de curar. Una de las alternativas a los tratamientos médicos habituales es la acupuntura, una técnica muy antigua nacida en China, lugar desde el que se fue extendiendo al resto del continente asiático. Aunque en Occidente es ya muy conocida, comparado con China, Corea o Japón, su uso es todavía esca.
La acupuntura es el arte de curar y aunque sus fines son prácticos, tiene claras implicaciones filosóficas. Está basada en la idea de que la energía rige todo el cosmos y el hombre es un reflejo de ese cosmos, una especie de microuniverso recorrido por energías positivas y negativas. Al tocar determinadas zonas cutáneas del cuerpo se logra una acción particular sobre esas energías. Estas zonas se llaman puntos o también, como se denominan en China, pozos, y es en ellos donde se colocan las agujas.
Apesar del recelo que causan las agujas en más de una persona, hay que destacar que las agujas son de acero inoxidable, su espesor es sólo de 0,02 milímetros y, aunque puede notarse un leve pinchazo cuando se aplican, no provocan dolor. Son personales o desechables y no llevan poros, para evitar una posible contaminación o infección.
Las sesiones no resultan excesivamente largas (entre 45 minutos y una hora) y las molestias que ocasionan al paciente son mínimas. Además requiere muy pocos recursos, basta con las agujas, una camilla y, eso sí, el buen hacer del profesional. En este sentido, es imprescindible asesorarse y acudir a un acupuntor que ofrezca todas las garantías. La acupuntura se puede combinar con distintas terapias complementarias y con la medicina ordinaria o alopática sin ningún problema, y no produce ningún efecto secundario.
Se emplea para tratar más de 60 enfermedades diferentes. La Organización Mundial de la Salud recomienda su uso en dolores de columna, ciática, asma y alergias respiratorias, jaquecas, problemas digestivos, trastornos menstruales, así como resfriados y sinusitis. También resulta interesante para aliviar dolencias musculares y nerviosas. Las agujas son capaces de estimular la secreción de endorfinas, sustancias ligadas al bienestar y responsables de que el organismo se relaje, por ello está indicada además en el tratamiento de problemas depresivos y ansiedad, incluso para calmar el estado de excitación que produce dejar de fumar. Tendinitis, cansancio y estrés son algunos otros trastornos que mejora y, hoy en día, varios hospitales chinos la están utilizando para enfermedades cardiacas, problemas reumáticos y arritmias.
Es muy importante completar el ciclo del tratamiento. Como ocurre con algunos fármacos, la acupuntura puede producir una mejoría inmediata, que sólo es temporal si no se continúa hasta la recuperación total. De todas formas, conviene tener claro que se trata de una terapia muy eficaz frente a trastornos de carácter crónico, pero no representa la cura milagrosa para enfermedades terminales.