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El automasaje permite satisfacer una de nuestras mayores curiosidades: la que nos provoca nuestro propio cuerpo. A través del automasaje podemos tomar consciencia y realizar un diálogo fluido con él, investigando las reacciones que se producen cuando estimulamos una u otra parte.

La mejor herramienta para el automasaje son las propias manos, en primer lugar, porque no son más que otra parte de nuestro cuerpo y, por lo tanto, no resultan extrañas al mismo. En las manos, el tacto posee cualidades sensoriales que no se encuentran en ninguna otra parte de nuestra anatomía, y su sólo contacto con nuestra piel nos produce una sensación de relax muy grande. Prueba de ello es que la primera reacción ante el dolor es llevar la mano a la parte afectada, y muchas veces este simple gesto produce un alivio inmediato.

Cualquier lugar donde nos sentamos mínimamente cómodos es bueno para realizar una sesión de automasaje. Éstas pueden realizarse una o varias veces al día, pero es importante tener la seguridad de que nadie vendrá a interrumpir y de que podremos dedicar ese tiempo sólo a nosotros mismos. Si se dispone de tiempo, es mejor preparar un poco la sesión para que sea más efectiva. Una música agradable, un lugar donde podamos sentarnos o tumbarnos con comodidad, etc. facilitan mucho las cosas.

Fundamentos para un placentero automasaje

Preparar una sesión de automasaje

Para realizar una sesión de automasaje es necesario empezar antes con unos sencillos ejercicios de respiración y relajación que nos ayuden a concentrarnos más en nosotros mismos. La sesión también puede servir para estimularnos, bastará con hacer los movimientos de forma rápida e impetuosa. El automasaje puede realizarse con o sin ropa. Si se hace con ropa, deben elegirse prendas muy ligeras y cómodas para que no molesten o interfieran. Eso sí, es necesario descalzarse y quitarse el reloj y otros accesorios que puedan estorbar. Una vez hecho todo esto, habrá que sentarse o tumbarse en el sitio elegido, y comenzar con la sesión. A medida que se va adquiriendo confianza en sí mismo, pueden improvisarse nuevos ejercicios, según el cuerpo los pida.

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