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Una persona socialmente hábil sabe adaptar su comportamiento a las exigencias del contexto y reacciona adecuadamente en cada situación.

 

El control de estas aptitudes ayuda a reducir la ansiedad.

 

Hay algunas habilidades sociales que son básicas como: saber comunicarse verbalmente (saber usar un lenguaje sencillo y adaptado a la persona con la que habla); dominar la comunicación no verbal (postura, mirada, gestos…); saber escuchar y dar feedback (devolver información a la persona que le ha hablado) y ser empático, es decir, capaz de ponerse en el lugar del otro.

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Habilidades sociales efectivas

  • Mantener el contacto visual.
  • Mostrar un afecto adecuado: usar un tono de voz animado, una expresión facial que denote interés, sonreír en los momentos oportunos…
  • Cuidar el volumen y la claridad de la voz y evitar frecuentes interrupciones como “eh”, “mmm”, “bueno”. Conseguir que el habla sea fluida.
  • Hacer comentarios positivos sobre sus experiencias anteriores o su educación, incluyendo información pertinente para el puesto y susceptible de ser percibida favorablemente por el entrevistador.
  • Hacer comentarios positivos acerca de sus aficiones, los intereses y las metas; para el entrevistador es un área de gran interés. Se suelen valorar aquellos aspectos que denotan motivación, ambición, actividad y personalidad “formada”.
  • Hacer preguntas al entrevistador; es una forma de demostrar su interés y de obtener información relevante de cara a decidir si ése es el puesto de trabajo que le interesa.
  • Hacer comentarios que denoten interés y entusiasmo por el trabajo. P.e: “Parece un trabajo muy interesante”, “Por lo que usted ha dicho, creo que me sentiría muy bien trabajando en esta empresa”, “Quedarán satisfechos si deciden contratarme”.

Situaciones de interacción social con personas que atraen

  • Establecer continuamente contacto visual
  • Mostrar un afecto adecuado. A esto contribuyen: las sonrisas, los movimientos de cabeza, la calidad de la voz (tono, volumen y fluidez adecuados) y la expresión facial, según la situación y la expresión del interlocutor.
  • Hacer preguntas coloquiales acerca de sus intereses, comportamientos, actividades o sentimientos. Algunos autores aconsejan usar bastante la palabra “tú” (p.e. “a qué te dedicas tú”, “cuéntame algo más sobre eso”,…)
  • Hacer comentarios autorreveladores, que den información sobre intereses, actividades, sentimientos…
  • Hacer cumplidos.
  • Hacer señales que indican que se ha enterado de lo que la otra persona acaba de decirle. Pueden consistir en comentarios breves: “ya”, “sí”, “eso es importante”,… o expresiones algo más largas repitiendo el último párrafo del interlocutor.
  • Pedir una cita. Incluya expresiones que indiquen que le gustaría volver a ver a esa persona; averigue si el otro también quiere quedar y ofrezca algún indicio de la actividad a realizar (ir a cenar, al cine,…). Por último, proponga un día, hora y lugar concretos para la cita.

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