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El Canto de Oración. 2 El perdón

 

II. El perdón para destruir

1. El perdón para destruir tiene muchas formas, pues es un arma del mundo de la forma. No todas ellas son obvias, y algunas se ocultan cuidadosamente bajo lo que aparenta ser caridad. Pero todas las formas que parece tomar sólo tienen esta meta; su propósito es separar y hacer diferente lo que Dios creó igual. La diferencia es clara en varias formas en las que la comparación diseñada no se puede evitar, ni se espera que se evite, realmente.

El perdón es el medio para tu escape. Cuán lastimoso es hacer de él un medio para más esclavitud y dolor. Todas las formas que el perdón adopta

2. En este grupo, primero, existen las formas en las que una persona “mejor” se digna condescender para salvar a un “inferior” de lo que en realidad es. El perdón aquí se basa en una actitud de amable altivez tan lejana del amor que la arrogancia jamás podría desalojarse. ¿Quién puede perdonar y despreciar al mismo tiempo? ¿Y quién puede decir a otro que está inmerso en el pecado, y al mismo tiempo percibirlo como el Hijo de Dios? ¿Quién esclaviza para enseñar lo que es la libertad? No hay unión aquí, sólo aflicción. Esto no es en realidad misericordia. Esto es muerte.

3. Otra forma, muy parecida a la anterior si se comprende, no se manifiesta con tan flagrante arrogancia. El que quiere perdonar a otro no proclama ser mejor. En su lugar, ahora dice que aquí hay alguien cuya pecaminosidad él comparte, pues ambos han sido indignos y merecen la retribución de la ira de Dios. Esto puede parecer un pensamiento humilde, y puede ciertamente inducir a una competencia en pecaminosidad y culpa. ¿No es el amor por la creación de Dios y la santidad lo que constituye Su regalo para siempre? ¿Puede Su Hijo condenarse a sí mismo y aun así Recordarlo?

4. Aquí la meta es separar de Dios al Hijo que Él ama, y mantenerlo alejado de su Fuente. Esta es también la meta de aquellos que buscan el papel de mártires a manos de otro. El objetivo tiene que verse claramente, pues esto puede pasar por mansedumbre y caridad en vez de crueldad. ¿No es amable aceptar el rencor de otro, y no responder excepto con silencio y una dulce sonrisa? Contempla cuán bueno eres tú que soportas con paciencia y santidad la ira y el daño que otro te inflige, y no muestras el amargo dolor que sientes.

5. El perdón para destruir con frecuencia se esconderá tras un manto como este. Muestra el rostro del sufrimiento y el dolor, como prueba silenciosa de la culpa y los estragos del pecado. Tal es el testimonio que le ofrece a alguien que podría ser salvador, y no enemigo. Pero una vez que ha sido convertido en enemigo, tiene que aceptar la culpa y el pesado reproche que de esta manera se ha descargado sobre él. ¿Es esto amor? ¿O se trata más bien de una traición a aquel que necesita que lo salven del dolor de la culpa? ¿Cuál podría ser el propósito excepto mantener a los testigos de la culpa alejados del amor?

6. El perdón para destruir puede tomar también la forma del regateo y el arreglo. “Te perdonaré si satisfaces mis necesidades, pues en tu esclavitud radica mi liberación”. Dile esto a cualquiera y tú eres esclavo. Y buscarás deshacerte de la culpa con más regateos que no ofrecen esperanza alguna, sino sólo más dolor y miseria. Cuán temible se ha vuelto ahora el perdón, y cuán distorsionado es el fin que busca. Ten misericordia de ti mismo que así regateas. Dios da y no pide recompensa alguna. No hay dar alguno sino dar como Él. Todo lo demás es burla. Pues ¿quién trataría de ganarle un regateo al Hijo de Dios, y a la vez agradecer a su Padre por su santidad?

7. ¿Qué le mostrarías a tu hermano? ¿Intentarías reforzar su culpa y así también la tuya? El perdón es el medio para tu escape. Cuán lastimoso es hacer de él un medio para más esclavitud y dolor. En el mundo de los opuestos hay una manera de utilizar el perdón para la meta de Dios, y encontrar la paz que Él te ofrece. No tomes otra cosa, o has buscado tu muerte y orado por tu separación de tu Ser. Cristo es para todos porque está en todos. Es Su rostro lo que el perdón te permite ver. Es en Su rostro en el que ves el tuyo.

8. Todas las formas que el perdón adopta que no apartan lejos de la ira, la condena y las comparaciones de toda clase son la muerte. Pues es eso lo que sus propósitos han establecido. No te dejes engañar por ellas, sino abandónalas como despreciables en sus trágicas ofertas sin valor. ¿No quieres permanecer en la esclavitud? ¿No quieres tener temor de Dios? ¿Quieres ver la luz del sol y el resplandor del Cielo brillar sobre la faz de la tierra, redimido del pecado y en el Amor de Dios? Desde aquí la oración se libera, junto contigo. Tus alas están libres, y la oración te elevará y te conducirá a tu hogar donde Dios quiere que estés.

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