UA

Garganta en peligro

 

El dolor de garganta se produce al inflamarse los tejidos que la rodean, que se hallan muy expuestos a las infecciones. Es un síntoma de varias enfermedades entre las que se encuentran la faringitis, la laringitis y la amigdalitis, que se padecen con cierta frecuencia.

La garganta o faringe es un tubo muscular de unos 15 centímetros de longitud por el que se transportan los alimentos al esófago y por donde el aire llega a los pulmones. Ese tubo está recubierto de una membrana que contiene unas células que producen moco. El dolor en la garganta es la señal más evidente de que el conducto se encuentra inflamado o irritado.

Según explica el doctor Primitivo Ortega del Alamo, secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, las inflamaciones de garganta pueden ser debidas a dos tipos de agentes o microorganismos: bacterias o virus. “Afortunadamente son los virus, más benignos, los que producen con mayor frecuencia estos problemas, y no las bacterias”, explica el experto.

garganta-laringitis-faringitis

Faringitis

Es una inflamación de garganta o faringe. Los síntomas que aparecen son fiebre, dolor local y molestias al tragar. Es muy frecuente que la membrana que recubre la garganta se encuentre cubierta de pus. Se suele administrar analgésicos para aliviar el dolor y antitérmicos para bajar la fiebre y, si el médico sospecha que el causante es una bacteria, prescribirá un antibiótico.

Las faringitis pueden ser agudas, de comienzo brusco pero pasajeras, o crónicas, que aparecen de forma solapada pero son muy persistentes. Las primeras casi siempre son por virus. Las segundas se producen cuando las agudas se repiten con frecuencia, por la actuación continuada de algún irritante como el polvo, humo, tabaco o alcohol o simplemente por forzar la voz, respirar por la boca y por cambios bruscos de temperatura.

Laringitis

Es una inflamación de la caja de voz o laringe y, aunque son muchos los factores externos que pueden ocasionarla, en épocas de frío lo más frecuente es que se deba a una infección de las vías respiratorias superiores. Muchas de las personas que acaban padeciendo laringitis han soportado días atrás un catarro o resfriado común. El síntoma más claro es la ronquera o incluso la pérdida total de la voz. Esto último suele ocurrir en personas que por su trabajo hablan mucho o fuerzan la voz con frecuencia: profesores, actores y agentes comerciales.

Dado que la mayoría de las veces, la laringitis es vírica, el único tratamiento consiste en inhalar vapor o dejar que la voz repose. Si el otorrino comprueba la presencia de una bacteria prescribirá un antibiótico por vía oral, que deberá tomarse entre siete y diez días.

Amigdalitis

Es una inflamación de las amígdalas y, al igual que en los otros casos, el dolor de garganta y la dificultad para tragar alimentos son los síntomas más claros, aunque el dolor puede extenderse también a los oídos. Es muy común que los vómitos, los dolores de cabeza y la sensación general de malestar aparezcan también.

“Hace años se extirpaban muchas amígdalas”, recuerda el doctor Ortega del Alamo. En aquella época existía el riesgo de que las bacterias causantes pasaran a la sangre y afectarán a las articulaciones, el corazón o los riñones. Hoy en día se extirpan cada vez menos para evitar ese tipo de infecciones, que ya casi se encuentran erradicadas.

En los casos más graves se toma penicilina por vía oral durante diez días para erradicar por completo las bacterias. Si las amigdalitis son recurrentes o el tratamiento no resulta del todo eficaz, se recomienda hacerlas desaparecer.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA