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Adolescencia y madres

 

La madre ausente

Aunque no es una figura tan extendida como la del padre ausente, la madre que pasa muchas horas fuera de casa ya no es un hecho anecdótico en la mayoría de las familias. Según los expertos, los adolescentes que llegan a su casa y deben permanecer varias solos son más proclives a la depresión o a los trastornos de la alimentación.

Puede ser una manera de denunciar la necesidad de comunicación con la madre en una etapa de su vida en la que todavía sigue siendo necesaria su presencia. Por eso, curiosamente son las chicas quienes más “echan de menos” a la madre ausente.La madre ausente.

La madre amiga y cómplice

Proporciona la confianza suficiente a sus hijos para que éstos se atrevan a hablar con ella casi de todo. No exige que le cuenten sus mayores intimidades, pero su comprensión provoca que no tengan demasiado tapujos con ellas. Ante las inquietudes sexuales se muestran comprensivas y se adelantan a la educación sexual antes de que aparezcan los problemas, especialmente con las hijas.

Algunas madres llegan al extremo de fumar porros con ellos o de vestir de manera parecida a sus hijas adolescentes.

adolescentes y madres

La madre atormentada

Es una madre preguntona, excesivamente preocupada por las compañías de sus hijos, por lo que hacen cada día, por los lugares que frecuentan… Es la madre que muchos chavales definen como “histérica” porque se preocupa excesivamente por las cosas y repiten muchas veces cómo deben comportarse los hijos.

Muchos adolescentes rehuyen hablar con ellas para evitar una cascadas de preguntas que pueden terminar en una charla indeseada.

La madre-madre

Para el sociólogo Javier Elzo, asumir el papel de madre no es fácil, sobre todo si también pretende tener una posición cercana a los hijos adolescentes. No es fácil estar cerca de él pero manteniendo los límites, ni ser confidente sin regañar en determinadas ocasiones.

Las madres son eso, madres, y a veces deben mantener unas pautas de comportamiento que las obliga a decir “no” a muchas peticiones de los hijos, especialmente si da la circunstancia de que tiene que educarles en solitario a causa de un divorcio, por ejemplo.

Los adolescentes en muchas ocasiones reivindican el papel de una persona adulta que les pone límites y les aconseja y al que a tachan de “pesados”. En su justa medida, son siempre consejos imprescindibles.

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