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La cirugía estética es cada vez más en el camino elegido por las mujeres para mejorar sus pechos. La técnica mejora y ofrece la posibilidad de reducir, aumentar o simplemente dar mayor firmeza a las mamas. Una cuestión de estética pero también de comodidad.

 

Haciendo un uso adecuado de la Medicina Cosmética y de la Cirugía Estética, las mujeres que lo deseen al fin pueden mejorar sus pechos.

 

Mamoplastia de aumento o aumento de mamas

Para las que quieren más. Consiste en la introducción de una prótesis encima o debajo del músculo pectoral, con el fin de aumentar el volumen mamario.

Las prótesis pueden estar rellenas de suero fisiológico, de gel de silicona, mixtas o rellenas de aceite de soja, estas últimas transparentes a los rayos X. En la actualidad es importante destacar que no existe ningún estudio científico serio que haya demostrado asociación alguna entre el gel de silicona y los carcinomas mamarios o las enfermedades autoinmunitarias.

La vía de acceso para la colocación de las prótesis puede ser submamaria, periareolar, transareolar o axilar.

La intervención se realiza con anestesia general, requiriendo unas horas de hospitalización.

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Flacidez mamaria

Para las que las quieren más bonitas. Es una intervención de características similares a la de la reducción mamaria y se lleva a cabo en aquellos casos en que la mama, sin ser excesivamente grande en volumen, ha sufrido una importante caída.

En estos casos la resección de los tejidos es mínima. Puede requerir además la colocación de una prótesis.

Entre las principales causas de flacidez mamaria encontramos:

  1. Factores constitucionales.
  2. Forma de la mama (una mama de base estrecha y prominente conservará peor forma que una de base amplia y de forma redondeada).
  3. Volumen de la mama.
  4. Relajación cutánea (edad, postparto, adelgazamientos grandes y rápidos).

 

Mamoplastia de reducción o reducción mamaria

La mamoplastia de reducción consiste en eliminar una cantidad más o menos importante de tejido glandular y adiposo con la piel que los cubre, y proceder a la reconstrucción de la mama con la parte restante.

Unas mamas voluminosas y sumamente anchas limitan, además, la libertad de movimientos y la participación en actividades deportivas. Esta malformación, la mayoría de las veces constitucional, puede deberse a:

Hipertrofia mamaria esencial glandular: modificaciones hormonales o alteraciones de la receptividad del tejido mamario a la propia acción hormonal durante el periodo de pubertad.

Hipertrofia grasa: asociada a una obesidad generalizada.

Hipertrofia mamaria mixta: casos en los que existe tanto un aumento del tejido glandular como del tejido adiposo.

 

Cuestión de comodidad

El volumen excesivo de la mama provoca su caída. El grado de hipertrofia puede variar en proporciones importantes, pudiendo alcanzar auténticos gigantismos mamarios.

El objetivo es obtener un volumen mamario más satisfactorio, una forma más armoniosa y una elevación del conjunto areola-pezón. El resultado final deberá ser lo más duradero posible en el tiempo y no deberá comprometer la función glandular mamaria. La intervención se realiza bajo anestesia general o regional y su duración oscila entre 3 y 4 horas. La hospitalización es de 1 a 2 días.

Con la mamoplastia de reducción se consiguen extraer grandes volúmenes sin repercusiones importantes posteriores, conservando a su vez la capacidad de lactación y la sensibilidad del complejo areola-pezón.

Además de mejorar la forma, se alivian síntomas producidos por el exceso de peso de las mamas (dolores de espalda, rozaduras en los hombros por el sujetador, irritaciones en las zonas infra e intermamarias, etc.), ayudando así a mejorar la calidad de vida.

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