– El otro día con una buena amiga jugábamos a las escondidas. Su casa, es un lugar grande y están construyendo otra casa en el mismo terreno, así que nos escondimos en un rincón de las obras.
Miramos al cielo y vimos pasar una estrella fugaz. Nos miramos a las caras y no lo podíamos creer. Después, vimos una luz en mi pierna, como fluorescente, que brillaba en la obscuridad. Además, le pasábamos la mano y no se quitaba. Después de estar alli un rato nos encontró su hermano y nos fuimos a acostar.
A la mañana siguiente fuimos al lugar de los hechos y encontramos un pequeño ángel con un corazón que mantenía en sus brazos. En la pared, estaba pintada una estrella fugaz y todo un firmamento luminoso. Mi amiga y yo no olvidamos esa grata experiencia pues decimos que fue un espíritu que nos vino a cuidar.