Generalmente durante el embarazo el cabello tiende a mejorar su estado, pero en muchas ocasiones surgen problemas de sequedad que hay que solucionar. Se debe a que en la gestación la grasa del pelo tiende a disminuir y éste necesita cuidados extra.
Tratamiento: sería conveniente que incluyera una mascarilla nutriente y un champú específico para combatir la sequedad. Utilizando estos productos una vez por semana ayudará a mantener el equilibrio de su pelo para que no se escame ni presente un aspecto apagado y sin vida.
Masajes: otro factor importante es estimular el riego sanguíneo del cuero cabelludo. Para hacerlo, sólo hay masajear la cabeza con la yema de los dedos, fijándolos en distintos puntos y realizando movimientos circulares.
Tintes y moldeados: una duda muy típica entre las embarazadas es si es perjudicial teñirse el pelo o hacerse un moldeado. Los productos que se emplean hoy en día tienen ingredientes menos agresivos que los que se utilizaban antes, pero aún así, secan el pelo.
Teniendo en cuenta que en este período el pelo es más propenso a estos problemas, es conveniente optar por una vía alternativa. En lugar de utilizar un tinte, puede elegir una coloración no permanente de componentes vegetales, que son de fácil aplicación y se eliminan con cuatro o cinco lavados. El moldeado puede sustituirse por unos rulos cuando quiera rizarse el pelo, así ningún producto químico tocará el cuero cabelludo.
De todos modos, después del parto el cabello vuelve a su estado natural. Pero durante dos o tres meses se cae más de lo normal porque se restablece el ciclo de cambio capilar.
Si al cabo de cuatro meses el pelo se sigue cayendo sería conveniente visitar a un especialista.
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