– Disolver en frío y removiendo un poco de cera en aguarrás.
Extender la mezcla por las dos caras; y colgar las hojas en lugar caliente, para que se sequen.
– O bien, mezclar una parte de aceite de ricino con dos de alcohol; colgar el papel: el alcohol se evapora y el aceite se seca.
Después de haberlo empleado, puede hacerse perder la trasparencia al papel sumergiéndolo en alcohol.