– Frota los cuellos de abrigos, chaquetas, etc. con un algodón humedecido en producto para limpiar moquetas y alfombras.
– Si el cuello de tu abrigo empieza a blanquear, frótalo con un poco de amoníaco y sal.
– El cuello de la camisa que amarillea recobrará su blancura si lo frotas con un poco de agua oxigenada.
– El carbonato amónico resulta un excelente producto para limpiar el cuello de una chaqueta.
– Frota los cuellos muy sucios de las camisas con un poco de champú antes de meterlas en la lavadora.
– Los puños y cuellos de camisas y blusas se ensucian menos si se los almidona levemente.
– Para ensuciar menos los cuellos de los abrigos, acostúmbrate a ponerte un pañuelo al cuello bajo el abrigo.
– El roce tiene la propiedad de fijar la suciedad en los cuellos y puños de las prendas.
Para evitar que el rastro de suciedad pase a formar parte integrante de la prenda, acostúmbrate a frotar los cuellos y puños con un pedazo de jabón seco antes de meterla en la lavadora.
– Cuando los cuellos y los puños de las blusas o las camisas de algodón están muy sucios, antes de lavarlos, conviene que los frotes un poco con unas gotas de zumo de limón o con vinagre blanco mezclado con bicarbonato de sosa.
Si la suciedad fuera muy reciente, bastará con que humedezcas las zonas sucias con champú especial para cabellos neutros.