Las manos de Jordan nos presentan una gran variedad de elementos que las hacen ser excelentes, resulta fácil comprobar, ya a toro pasado, algunas de las cualidades que presentan estas manos.
En primer lugar su armonía, el equilibrio entre la palma y los dedos, lo que permite un buen control de uno mismo, la armonía de sus dedos y lo bien formados que aparecen sus montes de Luna y de Venus.
Las líneas resultan un poco problemáticas, sobre todo el inicio de la línea de la vida y del corazón en ambas manos. También podemos apreciar dos líneas de destino bien definidas y muy marcadas; Mercurio y Saturno, esta última es la que mantiene el predominio y la que rige junto con Venus la voluntad. La línea del corazón es igualmente complicada y presenta una fuerte ruptura alrededor de los 22 años, el equilibrio será posible gracias a la voluntad y a una renuncia voluntaria y gradual de una individualidad compleja y autónoma.
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El equilibrio global comienza a ser manifiesto a la edad de los 27 años, momento en que las líneas de Saturno, corazón y cabeza comienzan a aparecer limpias y claras, sin islas y con el apoyo de una línea de Mercurio que nace sobre un monte de Luna amplio y bien formado; este monte es el que apoya de una forma contundente todo este desarrollo.
La dualidad y el deseo de abarcar diferentes campos, será la gran dominante en estas manos.
La fuerza de voluntad y vitalidad que podemos observar con mucha claridad sobre el monte de Venus representan un signo indispensable para una persona que se dedica a la competición.