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Unos pocos centímetros de agua es todo lo que se necesita para que ocurra un incidente de
ahogamiento. Las piscinas son el sitio más común de ahogamientos durante la
niñez. Sin embargo, cuerpos de agua más pequeños como las bañeras,
los baldes, las cuencas y las tazas de baño también presentan un riesgo de seguridad.
Según la U.S. Consumer Product Safety Commision, unas 50 defunciones y
130 visitas a salas de emergencia están relacionadas a ahogamientos en baldes [cubetas]
cada año. Para ayudar a prevenir un incidente de ahogamiento, tome las siguientes
precauciones:

  • Proporcioneles supervisión adulta constante a los niños que
    juegan en el agua o cerca de ella. Los flotadores [salvavidas] como las
    recámaras o las balsas no deberán emplearse como sustituto de la
    supervisión adulta.
  • No deje objetos flotando en la piscina que le puedan servir de tentación a un
    niño como para tratar de alcanzar.
  • Quite los escalones de piscinas elevadas cuando no esté en
    uso la piscina.
  • Mantenga una cubierta sobre la piscina cuando no esté usándose.
    Enséñeles a los niños a nunca gatear o caminar sobre una cubierta de piscina.
  • Nunca deje a un bebé o a un niño pequeño desatendido cerca de
    baldes, cuencas o bañeras llenas de agua. Desocupe estos artículos de inmediato
    después de usarlos.
  • Ponga barreras como puertas y cercas con llave alrededor de las piscinas en los patios. Las
    compuertas deberán cerrarse automáticamente.
  • Enséñeles a los niños a nunca nadar solos y a siempre saber la
    profundidad
    del agua antes de bucear. Si ven a alguien teniendo dificultad en el agua, deberán tirarle una
    soga o cualquier flotador disponible y luego pedir auxilio. No deberán
    intentar rescatar físicamente a nadie al menos que estén entrenados en las
    técnicas de rescate en el agua.
  • Los padres, las personas a cargo del cuidado y los niños deberán aprender a
    nadar. La mínima edad recomendada para la instrucción organizada de
    natación son los tres años. Independientemente de la capacidad que tenga un
    niño para nadar, el Council for National Cooperation in Aquatics recomienda
    que nunca se considere a ningún niño pequeño “seguro en el
    agua”.
  • Los adultos deberán aprender a realizar reanimación
    cardiopulmonar (RCP) [cardiopulmonary resuscitation, CPR en inglés]. La
    RCP eficaz e inmediata puede mejorar extraordinariamente el resultado de un incidente de
    ahogamiento.
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