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Los anglosajones han dicho que ” la casa de un hombre es
su castillo”, para sugerir la idea de máxima seguridad, donde el individuo
es el rey y está en completa armonía con el medio.

Pues bien, si estudiamos las
estadísticas de los servicios de urgencias de oftalmología de los
hospitales españoles, nos daremos cuenta del gran número de accidentes
graves (uno de cada cinco en los menores de 20 años) que tienen como
escenario situaciones aparentemente sin riesgo, en el interior del propio
domicilio o su entorno residencial (jardín, patio, garajes) y una vez
concienciados de ello hagamos lo posible por evitarlos.

Los animales
domésticos
son una fuente inagotable de problemas oculares en la
casa, aunque aquí solo hablaremos de las lesiones que producen,
fundamentalmente en los niños, los perros y gatos, pues sus ojos quedan a
la altura exacta para recibir golpes al saltar jugando sobre ellos. Son
muy frecuentes los traumatismos orbitarios y las lesiones por arañazos en
el globo ocular.

Capítulo aparte merece el de las infecciones, ya
que por muy limpia que este nuestra mascota, arrastra consigo una cantidad
de gérmenes y microbios que harán preciso extremar las medidas de higiene,
sobre todo en el caso de los niños.

La cocina es un
imán
, al que atraídos por los
ricos olores, se acercan todos los miembros de la familia, y así, se
convierte en la estancia de la casa donde estadísticamente, se produce el
mayor numero de incidencias relacionadas con las urgencias oftalmológicas.

Los bebes, pueden confundir
fácilmente los envases de colores brillantes de lejías o detergentes, con
los de agua de colonia con que se humedece el pelo su papá y al imitarle
producirse causticaciones oculares graves, muy dolorosas y de lenta
curación.

El salón suele ser
centro
de reunión y por lo
tanto, el lugar preferido por los padres para sentir en brazos a su bebe
mientras miran la televisión sentados en el sofá . Aunque resulte difícil
de creer ,el salón es escenario de un alto porcentaje de accidentes( el
36% de los ocurridos en el hogar). Un gran número de urgencias
oftalmológicas son debidas a los arañazos que las uñas de los bebes
producen en los mayores.

En las casas con chimenea, sobre todo en la ciudad, se quema
madera la mayor parte de las veces inadecuada para ese fin, por estar
verde, húmeda, etc. Las chispas que saltan a los ojos del que se acerca a
reavivar el fuego, es un tipo de accidente con distintos grados de
gravedad, pero casi nunca cómodo para el que lo
sufre.

No es raro encontrar en urgencias
padres fumadores desolados, al haber sido causantes involuntarios de
quemaduras por cigarrillo en cara y ojos por las chispas ocasionadas por
el manoteo de su hijo en brazos.

Y no
nos olvidemos de las fiestas
en las que es común, tanto en los
días anteriores como en los posteriores, que aumenten las visitas a
urgencias muchas veces siendo necesaria la hospitalización, por la
gravedad de la lesiones debidas a la manipulación de fuegos de artificio,
petardos, etc. Normalmente el niño sujeta el artefacto explosivo, a la
altura o por encima de su cabeza, lo que hace que las heridas más
frecuentes sean en la cara y de ellas un 21 % en los ojos.

Porcentaje de accidentes en el
hogar
Según las estadísticas de nuestros servicios
oftalmológicos de urgencias, la mayoría de las lesiones oculares
traumáticas se producen jugando en los niños menores de 15 años, en el
trabajo o practicando deporte en el grupo de edad de 16 a 59 años ,y por
accidentes domésticos producidos por caídas las personas de más de 60
años.

Aproximadamente el 35 % de los traumas
oculares tienen el hogar como escenario frente al 18 % ocurridos en el
trabajo.


En patologías no producidas por accidente son las
conjuntivitis y los trastornos producidos por las lentes de contacto los
que están en cabeza de las urgencias oftalmológicas, según un reciente
estudio realizado sobre 2.300.000 visitas a urgencias oftalmológicas de
los hospitales de USA.
Sabiendo
en que circunstancias se pueden producir los accidentes que darán lugar a
las lesiones oculares, podremos prevenir y evitar las a veces graves
consecuencias que una imprudencia o falta de atención pueden tener en
nuestro sentido más valioso. Contribuyamos, haciendo más seguro nuestro
hogar, a la reducción del número y la gravedad de los traumatismos
oculares en los miembros de nuestra familia.

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