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Posiblemente, tú lector ya conozcas la palabra chakra, si no es el caso, contarte que procede del sánscrito y significa “rueda” o “disco”. También se les llama centros energéticos. Son torbellinos de energía giratoria, encargados del intercambio de energía de adentro afuera y viceversa de su organización funcional en nuestro organismo.

Poseemos siete chakras mayores cuya localización corresponde a los principales plexos nerviosos del cuerpo y cada uno está relacionado con una glándula endocrina. Igualmente, tienen una resonancia psicológica específica, esto significa que existen lugares específicos en nuestro cuerpo para las sensaciones, las emociones, los pensamientos, los recuerdos y otras experiencias psicológicas.
La visión de la existencia del ser humano desde los chakras es completa: integrando lo físico, lo emocional, lo mental y lo espiritual. El bienestar considera cada uno de estos aspectos.
Los chakras funcionan como válvulas interconectadas, que se abren por si solas y permiten canalizar la energía. Cuando se produce una disfunción o bloqueo en una parte del sistema, se produce un impacto en el resto. Es un sistema armónico.
 El motivo de que se produzcan disfunciones es explicado por diferentes escuelas de pensamiento. Algunos explican que venimos a esta vida con determinados desafíos vitales en nuestros chakras; y esto, a modo de programación anterior, condiciona nuestro presente. Otros terapeutas creen que las pautas de energía insuficiente o excesiva es motivado por las experiencias infantiles, familiares y culturales. La inseguridad emocional vivida tempranamente se confunde con las necesidades básicas de supervivencia y, subconscientemente cerramos el chakra como mecanismo de defensa.
Independientemente de la explicación que elijamos, no olvidemos que poseemos una zona de libre elección, podemos decidir si aceptamos o cambiamos lo que las predisposiciones atraen a nuestra vida. Igualmente, existen varios caminos para realizar este proceso, y no todos convienen a todo el mundo. Es una decisión el descubrir cuál es el más óptimo para tí.
Desde estas páginas deseamos que conozcas un camino denominado Movimiento Expresivo. Los fundamentos se fueron elaborando a partir del sistema de chakras, incorporando conocimientos de maestros como Gourdieff y los del estudio de las esculturas griegas.
 Los orígenes de esta técnica los encontramos en la labor iniciada por Susana Milderman en 1942, cuando siendo muy joven, ve truncada su vocación en el teatro y el canto, al verse inmovilizada por un problema de columna. Su deseo de trascender estas limitaciones, la lleva a investigar en la danza, el yoga, las dramatizaciones, las plásticas griegas, el masaje, la música… Todo ello constituye el sistema G.r.e.y.g.(Gimnasia Rítmica Expresiva Yoga y Plástica Griega) Utilizó el término de Gimnasia en el sentido griego de esta palabra que alude a la unidad psicofísica. Rítmica porque la música permite transitar por diferentes estados de ánimo. Expresiva ya que a través de la respiración (yoga) se establece el puente de unión entre la emoción y el sentimiento para plasmarlo en un movimiento que lo expresa. Sus numerosos discípulos representan las ramas de un gran árbol, aportando su propia búsqueda e investigación creadora, dando un estilo personal, pero conservando la esencia del trabajo de Milderman.
Una de las ramificaciones es la Fundación Río Abierto creada por María Adela Palcos en 1966. El enfoque de su trabajo es integrador: del ser humano en todas sus dimensiones. La herramienta básica es el Movimiento Vital Expresivo. El Movimiento Expresivo es conocido en España desde el año 87 a través de Graciela Figueroa.
¿Cómo se realiza el trabajo de los chakras desde el Movimiento Expresivo? Realicemos un viaje a través de ellos.

El primer chakra o raíz se encuentra en el periné. Es la fuerza vital, el deseo de vivir en la realidad física. Se ocupa de las necesidades de supervivencia básicas. Nos mantiene con los pies en la tierra. La zona del cuerpo que comprende es la parte posterior de la piernas y glúteos. La planta de los pies y los talones son esenciales en la expresividad de éste.
      Al trabajar desde el Movimiento usaremos los pies con ritmo, confianza y capacidad para enfrentar la vida y afirmarnos a la Tierra. Los ritmos primitivos, la destreza, la gravedad y el equilibrio nos pondrán en contacto con la fuerza y la energía de lo orgánico.

 El segundo o del sacro abarca la columna lumbar, el abdomen por debajo del ombligo, la cara interna de las piernas y los pies. Es la sexualidad el equilibrio. Es el distribuidor de energía. En él reside la capacidad de sentir con placer las cosas de la vida. Cuando nos movemos desde las caderas desbloqueamos la columna y el cuerpo se hace más ondulante y sensual. En este centro encontramos la fuerza y la pasión que deseamos poner a nuestra vida.

El tercero se ubica entre el ombligo y la base del esternón. Es el resonador de la vida emocional. Posee una gran poder transformador, con su ductilidad y blandura provoca respuestas motoras desde las emocionales. A través de esta acción daremos cauce a las emociones descubriendo nuevas formas de expresión.

El cuarto chakra es el corazón de nuestro viaje. Desde él nos relacionamos compasivamente e incondicionalmente con los demás gracias al amor. No es el amor de pertenencia al grupo del primer chakra, ni el amor sexual del sacro, tampoco es el amor-necesidad del tercer centro: es un estado del ser, resistente y constante, con independencia de los elementos externos. Anatómicamente comprende la parte superior del torax, los brazos y las palmas de las manos. En este centro convergen las energías que vienen de abajo del mundo de la materia y las del espíritu que nos llegan de arriba. Los movimientos de respiración, de apertura acompañados con brazos y manos ayudan a movilizar la energía de este centro, deshaciendo miedos y desconfianza desarrollando el afecto y la conexión genuina con los demás.

El quinto centro está localizado en la base del cuello. Incluye la columna cervical, los hombros y los trapecios. Los órganos de la fonación también están regidos por este centro. Es una zona de paso de las energías instintivas y emocionales que asciende hacia la cabeza y de las mentales que bajan. Es un centro de control para estas energías; el control más conocido es el nudo en la garganta para frenar el llanto o la expresión de la rabia y los dolores de cuello por soportar lo que no nos gusta. A medida que nos vamos moviendo perdiendo el miedo al descontrol nos movamos enriqueciendo en posibilidades expresivas y de acción.

El sexto chakra está ubicado por encima del entrecejo, es el representante de la mente superior y se relaciona con el pensamiento y la creatividad. Desde este centro nos conectamos con el Yo superior, como instancia interna que logra la integración de todos los aspectos de la persona. La manera de tomar contacto con este Yo, es la observación desapegada de nosotros mismos. Mediante la respiración consciente y la concentración surge la conciencia de la capacidad creadora y la percepción de la creación en cada acto de la vida.
 

Por último el séptimo chakra está en relación con la espiritualidad, lo cósmico y lo divino. Está situado en la parte superior de la cabeza. Usaremos la meditación para el desarrollo de este centro. Durante la meditación disminuye el ritmo de las ondas cerebrales y se produce un estado en el cual se desarrollan los procesos intuitivos y de percepción interna.

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