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Más allá que las causas son fisiológicas, consecuencia de nuestro destino de mortales, si la belleza la cuidamos desde que se nace la historia puede ser otra.

La lucha contra las arrugas es una batalla perdida de antemano ya que hagamos lo que hagamos el cutis terminará surcado por aquello que los poetas llaman “los senderos de la vida”. Qué duda cabe que sólo aquellas personas que consiguieron vivir muchos años pueden llegar a tener el privilegio de tener arrugas…

Pero entre aceptar nuestro destino y resignarse a él hay un mundo de diferencia. Así, mientras hay quienes parecen que tratan de envejecer rápidamente, maltratando y no cuidando su cuerpo, otros lo miman con esmero pues saben que es lo único que les pertenece.

Todos los especialistas indican que para mantener el cuerpo sano y fuerte es necesario un mínimo de ejercicio físico. La piel no es diferente al resto del cuerpo, ya que poseen una serie de músculos que necesitan movimiento. Cuando alguien va a un gimnasio, todos los profesores se concentran en el cuerpo, salvo en la cara, donde el deterioro físico se nota en primer lugar.

Al igual que cuando efectuamos un masaje en el cuerpo, en la cara podemos emplear también las diferentes variantes (amasado, percusión, desplazamiento y caricia).

Lo más importante es realizar el masaje en la misma dirección del músculo, evitando los movimientos transversales, salvo que se encuentren agarrotados.

Estas son las direcciones para cada músculo:

Frontal: está situado en la frente. El movimiento debe hacerse de abajo hacia arriba. Se comienza en las cejas y se termina donde nace el cabello.

Temporales: son la parte correspondiente a las sienes y comienzan en el lateral de los ojos, ascendiendo hasta los cabellos. No realizar movimientos circulares, como habitualmente se hace cuando duele la cabeza.

Orbicular de los párpados: Rodea todo el ojo y por lo tanto el movimiento tiene que ser circular, lentamente y sin apretar.

Piramidal de la nariz: es el músculo de la parte superior de la nariz, el cual sigue una línea descendente para unirse al transversal y al dilatador. Mientras que éstos dos son transversales, el primero está situado longitudinalmente, por lo que el masaje no debe realizarse de una sola vez.

Auriculares anteriores: Comienzan casi en las llamadas “patas de gallo” y siguen una línea casi recta hasta las orejas. Así, el masaje debe hacerse en ese mismo sentido y nunca hacia arriba.

Cigomáticos mayores: comienzan en los bordes de la nariz. Su masaje corrige la flacidez de los pómulos.

Risorio: nace en la comisura de los labios y sigue horizontalmente un corto trayecto. Es uno de los causantes en esa zona de los labios.

Elevadores comunes: situados a ambos lados de la nariz, la recorren desde el labio inferior hasta unirse con el piramidal. El masaje se efectúa normalmente con ambos dedos índice recorriendo el lateral de la nariz.

Triangulares de los labios: comienzan en la comisura de los labios y bajan en forma recta hasta los maxilares inferiores. Suelen atrofiarse con facilidad.

Orbiculares de los labios:
dan la forma correcta a los labios y el masaje debe efectuarse de manera circular.

Borla del mentón: también suele atrofiarse con facilidad. Como su nombre lo indica, es el músculo del mentón y su forma es semicircular.

Reglas básicas

Como pauta general, el masaje siempre hay que realizarse de adentro hacia afuera.

No hay que apretar demasiado.

No realizar círculos

Las cremas deben ser en pequeñas cantidades. En esto es mejor que falte y no que sobre.

Emplear preferentemente la yema de los dedos.

Cuando se quiera insistir sobre una arruga determinada, es necesario sujetar con una mano la zona a tratar y con la otra efectuar los masajes. De esta manera se estira la piel y se facilita la penetración de las cremas.

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