– Los cromados brillan si los limpias con agua caliente amoniacada.
– Un trapo mojado con refresco de cola limpia perfectamente los cromados. Saca brillo con un trapo seco.
– Los pomos cromados brillan de nuevo si los limpias con un trapo empapado en vinagre.
– Para proteger un metal cromado del óxido basta con que lo frotes con un paño y un poco de cemento en polvo.
– Los cromados no son inmunes a la humedad, y pueden echarse a perder e incluso pueden aparecer en su superficie manchas de óxido. Como tratamiento preventivo, frota el cromo de cuando en cuando con vaselina, lávalo después con agua caliente y sácale brillo con un paño.
– Si un objeto de cromo tiene la suciedad pegada, lávalo en agua con jabón.
– Si el cromo está sucio de grasa, aplica petróleo o bicarbonato de sosa. Luego, una vez limpio, le sacas brillo frotando con un poco de harina.