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Una piel que no se desmaquilla a diario se ensucia y altera su tono. Un buen procedimiento para eliminar los restos de pintura y las impurezas contempla el uso de un agente limpiador y de uno tonificante.

Si un día se acuesta sin quitarse el maquillaje, no hay que dramatizar. Pero no dude de que desmaquillarse es tan necesario para la piel como cepillarse los dientes lo es para la dentadura. No es antojadizo decir que una rigurosa limpieza diaria es fundamental para mantener la piel con buena salud. Estando sucia, impide la penetración de cualquier nutriente que se le quiera dar para embellecerla o rejuvenecerla. Para colmo, luce fatal. Limpiarla no sólo significa lavarla con agua. Incluso quienes no utilizan maquillaje deberían higienizarla con productos especiales que retiren partículas de polvo y de esmog y la preparen para recibir las vitaminas y los principios activos que requiere. Sólo de esta forma se mantiene sana la epidermis del rostro y se le deja en óptimas condiciones para la próxima sesión de maquillaje.

¿Qué ocurre si no se desmaquilla regularmente? Se ensuciaría poco a poco y su tono podría alterarse. Pieles tristes y apagadas cambian por completo cuando el desmaquillaje se hace una costumbre. No sólo sirve para eliminar pintura, también limpia y purifica.

Si se hiciera una encuesta entre las mujeres sobre los motivos que tienen para no quitarse el maquillaje en las noches, la respuesta mayoritaria sería “por pereza”. Ni siquiera por falta de dinero, porque todo el mundo sabe que, en última instancia, basta con el agua.

Que el proceso dé mayor o menor pereza depende de los productos utilizados. Por eso, los nuevos desmaquillantes cada vez son más sencillos. La idea es que el momento de limpieza sea agradable, rápido y eficaz.

Por fortuna, hoy estamos lejos de los desmaquillantes utilizados en la antigua Babilonia, donde la única posibilidad era limpiarse con una mezcla de grasa y cenizas. Ahora existen incluso toallitas desechables que hacen los procesos de limpieza y tonificación de una sola vez.

Limpiar el rostro por la mañana también es importante, aunque lo haya hecho la noche anterior. En ese minuto no tiene la función de eliminar el maquillaje como tal; lo que hace es despojarlo de las impurezas que se acumularon durante la noche.

Luego de usar la leche, el gel o la crema de limpieza —dependerá de su tipo de piel—, es necesario aplicar el tónico. Muchas mujeres no lo consideran, pero tiene una tarea importante: sacar los últimos restos de maquillaje, acondicionar y preparar la piel para el uso de productos de tratamiento.

No todas las pieles son iguales. Por eso, el tratamiento para cada una de ellas es fundamental si se quiere buenos resultados.

• Cutis normal. Aunque es la piel más equilibrada, debe limpiarse y tonificarse dos veces al día para mantenerla en buen estado. Se recomienda leche de limpieza y un tónico hidratante.

• Cutis seco. Debe ser limpiado e hidratado dos veces al día. Use crema de limpieza. Tonifique con una loción descongestiva. No olvide después aplicar una crema hidratante.

• Cutis graso. Hay que limpiarlo e hidratarlo dos veces al día. Opte por un gel de limpieza porque es más liviano y tonifique con una loción astringente.

• Cutis mixto. Sus dos áreas —seca y grasa— tienen que ser tratadas de manera independiente, también dos veces al día. Use gel o leche de limpieza en rostro y cuello y tonifique con loción astringente en la zona T (frente, nariz y mentón).

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