UA

Las manos del Dalai Lama son esencialmente arquetípicas; en el sentido más positivo que se le pueda dar, ellas reúnen todos los elementos de lo que se considera una buena mano, una mano ideal. Todos y cada uno de los montes son excelentes y sus líneas profundas, bien definidas y sin rupturas.

Como puede apreciarse en la siguietne fotografía, existe un excelente equilibrio entre la palma de la mano y los dedos; la zona de la palma de la mano es ancha y bien definida, su monte de Venus es amplio, fuerte y esta acompañado de un buen dedo de Venus; la base de la palma de la mano es amplia, lo que denota una gran energía vital y fuerza para ganarle la partida a la vida en el día a día.

El monte de la Luna es voluptuoso y de él nacen la línea de la intuición y una excelente y bien definida línea de Saturno, que termina justo en la base del dedo.

El monte de Júpiter es fuerte y bien definido; la mano izquierda tiene marcado un anillo de Salomón. Los demás montes que acompañan a esta mano son armónicos al contexto de la mano, lo que le proporciona un equilibrio ideal para apoyar a los montes que dominan la palma.

manos del Dalai Lama


En lo que respecta a las líneas, las tres principales son claras, firmes y muy bien dibujadas; sólo en la cabeza y en la vida se pueden apreciar problemas, en especial entre los 18 y 20 años. A partir de los 23 años se separan ambas líneas y adquieren independencia y seguridad; la de la vida se pierde sobre la base de la muñeca y no presenta ninguna isla ni rotura a lo largo de su recorrido. La línea de la cabeza es muy profunda, larga y de una claridad poco habitual; se arquea con dulzura a lo largo de su recorrido y termina sobre el monte de la Luna.

La línea que domina claramente en ambas manos es la línea del corazón, de donde nace un triángulo en su base, terminando uno de sus vértices sobre el monte de Apolo. Las líneas de destino presentan muchos cambios; mientras más cerca se encuentran de la base de los dedos más limpias y claras son. La línea de Saturno es la primera en iniciar su recorrido sobre el monte de la Luna: en la mano derecha se bifurca en una parte hacia el monte de Apolo, lo que le da una mayor fuerza y constancia. La línea de Mercurio en la mano diestra nace justo por encima de la línea de la cabeza y va acompañada de dos líneas más que nacen a partir de la línea del corazón. En la mano izquierda podemos observar con más nitidez las tres líneas de destino, que se reafirman con mucha consistencia sobre la base de los dedos. En la mano derecha la línea de Mercurio es la que domina sobre las otras dos líneas de destino, creando un equilibrio ideal en ambas manos.

Todos los atributos de esta mano son positivos.

Es una mano que da confianza e invita a vivir, nos acerca a la perfección y nos permite percibir el lado mágico de la vida. Son unas manos trabajadas, donde la coherencia ha sido, y es, el motor fundamental. Sólo así puede existir un equilibrio de esta naturaleza en ambas manos.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA