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Las mujeres indígenas, provenientes de diferentes países, llegaron al XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en la capital mexicana, aportando con propuestas concretas a la reflexión del feminismo, evidenciando que un feminismo indígena recorre la región.

Sus faldas multicolores, mantas y blusas bordadas las diferencia, pero dentro de su movimiento coinciden sobre la importancia de profundizar en el análisis de las relaciones de poder entre las mujeres, porque “aun perteneciendo al mismo grupo oprimido y a un mismo género, tenemos necesidades distintas”.

Rosa Lainez, feminista indígena de El Salvador, dijo, además, que es necesario reconocer la diversidad y las diferencias que existen en las distintas vertientes del movimiento de mujeres para tejer alianzas sostenibles.

“El feminismo indígena tiene que ver si el feminismo es una ideología política que busca profundizar en el análisis la situación de subordinación de las mujeres”.

Para Diana Damián, joven indígena de Chiappas, México, las mujeres indígenas tienen vivencias distintas, “no es lo mismo ser una mujer indígena académica que otra también indígena que no tuvo acceso a la educación”.

La joven líder explicó que las trincheras donde dan sus luchas son diversas y se combinan los espacios públicos y privados. “Tenemos que luchar por nuestros derechos de manera cotidiana, no solo puedes exigir tus derechos en lo público y en lo privado no, porque va hilado uno a otro”.

Tanto para Damián como para Lainez, uno de los principales aportes de su expresión feminista al encuentro es reconocer la pluralidad de culturas, miradas y costumbres de las mujeres de la región, en el contexto de la defensa de los derechos colectivos de los pueblos.

Mujeres indígenas de Bolivia, Nicaragua, Guatemala, México, Honduras y El Salvador, han coincidido y contribuido a la diversidad del XI Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe y fortalecido una de sus vertientes.

Balance positivo

Pocas horas antes de que concluyera el XI Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe (el pasado viernes), las participantes resaltaron la oportunidad de haber compartido, por varios días, experiencias, conocimientos, encuentros y desencuentros de las diferentes expresiones del feminismo.

Lidia Sihuacollo, joven peruana, dijo a SEMlac que es la primera vez que asiste a un encuentro de este tipo, lo cual “me hace muy feliz: me ha parecido muy particular, es el escenario donde se da el encuentro, creo que es bastante trasgresor”.

Algunas de las sedes son dos ex conventos de centro histórico de la ciudad de México, DF, donde han tenido lugar actividades culturales, talleres y citas independientes…

Para Sihuacollo, el temario ha sido muy abierto y ha dado espacio a los diferentes feminismos, al mismo tiempo expresó su extrañeza por la poca participación de las jóvenes.

“Es una autocrítica porque siento que las que han venido no están en el encuentro, están en lo que llamaríamos desencuentros, están fuera. Sin embargo, en las mesas me han parecido interesantes, por el intercambio de experiencias”, indicó.

Para la líder indígena Alma López, de Guatemala, del Enlace centroamericano de mujeres indígenas de México y el Caribe, el encuentro, “aunque desorganizado, con muchos desencuentros, ha sido una oportunidad para hablar, más desde la perspectiva de las mujeres indígenas”.

“Hemos hecho presencia en cuerpo y alma, es la primera vez que las indígenas estamos en un encuentro feminista; es algo inesperado. No nos hemos sentido totalmente bien porque se nos sigue viendo como símbolos, como hermanitas, por eso hemos presentado nuestra posición y ese es el valor agregado de nuestra participación en el evento”, dijo a SEMlac.

Lohana Berkins, presidenta de la Asociación de lucha por la identidad travesti y transexual de Argentina e integrante del grupo Feministas Inconvenientes, afirmó que el encuentro es un espacio bastante enriquecedor para todas las feministas que han venido de diferentes lugares de América Latina y el Caribe.

Al referirse al tema central, afirmó que reflexionar en torno a los fundamentalismos “fue muy acertado, aunque las feministas deberíamos animarnos a debatir sobre nuestros propios fundamentalismos, para realmente poder establecer agendas más inclusivas”.

Resaltó la presencia de travestis, transexuales o transgéneras, por primera vez, en un encuentro feminista: “aquí estamos participando todos los feminismos, todos los cuerpos, todas las sexualidades, y este es un paso importante, porque no venimos a revalidar ni a pedir un certificado de feminista, venimos a discutir nuestras propias agendas feministas”, indicó.

Para la dominicana Sergia Galván, de la Colectiva mujer y salud y de la Red de Mujeres Afrodescendientes, el encuentro ha sido un espacio realmente muy bueno, y su metodología permitió reflexionar sobre las agendas específicas de cada una, a través de los grupos de discusión.

“Creo que el debate en la plenaria ha dejado preguntas que nos corresponde responder. La diversidad de participantes ha sido un elemento muy positivo, que ha permitido el intercambio de las diferentes regiones y países. Es decir, ha servido para tomar el pulso del feminismo y ver qué están haciendo las mujeres, qué herramientas están utilizando y dónde están sus nudos”, señaló.

Como uno de esos nudos irresueltos por el movimiento feminista, identificó el logro de una agenda desde una perspectiva y mirada más global, más inclusiva, donde “nosotras podamos manejar todas las intersecciones, con las cuales estamos conectadas. Por ejemplo: la cuestión del racismo; ese es un desafío que tenemos como movimiento feminista”.

Lamentó que, en el proceso de incidir en las agendas globales, en las agendas de Naciones Unidas y en las de los gobiernos, “nuestra agenda ha ido perdiendo rebeldía, autonomía y hemos ido pactando a cambio de perder fuerza en nuestras propuestas. Ese es un nudo que debemos resolver”.

Julia Vicuña Yacarine
SEMlac

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