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Amor: Sufrir por amor

Amar para algunas personas significa sufrir. Viven “atrapadas” en relaciones que afectan su bienestar emocional, al sentirse atraídas por personas inaccesibles y problemáticas.

¿Alguna vez te has preguntado por qué te enamoras de quien no debes?

¿Alguna vez te ha ocurrido que no entiendes cómo te interesas por personas que sabes que no te convienen y que pueden hacerte daño?

Las personas que se sienten atraídas por hombres o mujeres problemáticos, distantes, inaccesibles, suelen terminar amando a la persona equivocada y sufriendo por amor.

amor

¿Por qué tantas personas se obsesionan con adictos al trabajo, al alcohol, a la televisión, a un deporte, a las drogas?

¿Por qué sienten atracción por personas inmaduras, incapaces de satisfacer sus necesidades emocionales?

¿Por qué les cuesta tanto poner fin a una relación problemática?

“A pesar de todo el dolor y la insatisfacción que acarrea, amar demasiado es una experiencia común para muchas personas que casi creemos que es así como deben ser las relaciones de pareja”, explica la terapeuta estadounidense Robin Norwood, autora del libro Las mujeres que aman demasiado (2002).

Sí, sufro por ti, ¿me quieres?

Las parejas de personas alcohólicas, o de adictos a otras drogas o de personas con desequilibrios mentales, son seres que la vida preparó para escapar del “amor”.

Ellas se enredan en situaciones de pareja donde el amor es un fin a conquistar. Sueñan con salvar a la persona que “aman”, y piensan que si él/ella cambiara obtendrían, como recompensa, su amor. Justifican la ira, la depresión, la crueldad, la indiferencia, la deshonestidad o la adicción de sus parejas. Creen que es posible el cambio y que de ellas depende.

Sus historias personales pueden ser de una variedad infinita, pero todas tienen en común la necesidad de sentirse superiores y de sufrir.

Claro está que nadie se convierte en una persona así por casualidad. Los porqué quedan atrás, en carencias de la infancia que las llevaron a un concepto equivocado del amor.

Desgraciadamente para nuestra sociedad, sufrir por amor es romántico, no hay un gran amor sin un gran dolor por parte de alguno de los protagonistas. Así, la sociedad por ejemplo refuerza las situaciones de mujeres que sufren por amor, vomitando heroínas de melodramas (en seriales televisivos, en películas y en la novela rosa), que siempre viven un gran amor por el cual el precio a pagar es el sufrimiento.

Existe un mercado saturado de historias de amores difíciles, imposibles, conflictivos, y ello no ayuda a la mujer que se siente atrapada en una relación no gratificante, porque no le permite ver todo lo negativo o enfermo que hay en su propia actitud que las lleva a no poder desprenderse de lo que las está destruyendo.

Estas personas, que viven en un palacio o en una chabola, en un país del sur o en uno del norte, que venden en un puesto callejero o son reconocidas profesionales, están tan enfermas como sus parejas y de igual manera necesitan ayuda.


Las mujeres que “aman demasiado”

Las mujeres que “aman demasiado” son aquellas que se sienten atraídas por personas problemáticas, distantes, inaccesibles.

Mujeres que luego quedan enganchadas a situaciones conflictivas por haber formado pareja con la persona inadecuada.

Algunas veces sus historias saltan a la prensa, generalmente por malos tratos, pues ellas raramente ponen fin al drama en el que se encuentran prisioneras. Suelen inspirar admiración o lástima en su entorno. Son responsables y emprendedoras, pero con poco amor propio. Aguantan lo indecible y, sin embargo, disculpan a sus parejas.

Sueñan con lo que podría ser y así “quedan pegadas” a lo que no funciona, ni las hace felices. Rechazan a los hombres “agradables” porque les resultan aburridos, insípidos, en cambio les es fácil sentirse atrapadas por el hombre distante. Éste funciona como una droga para ellas y llegan a obsesionarse tanto, por él, que descuidan sus propios intereses: familia, amigos, trabajo, aficiones.

Viven en una continua ansiedad, donde el pan de cada día es el esfuerzo por entender, cambiar o lograr la atención del hombre “elegido”. Gastan sus energías, agotan el llanto y llegan a la desesperación: para ellas estar enamoradas es sufrir.

Si después de todo lo dicho aún le quedan dudas de si usted se encuentra entre este tipo de personas, puede hacerse las siguientes preguntas:

¿Para usted estar enamorada/o significa sufrir?

¿La mayoría de sus conversaciones con amigos o compañeros de trabajo son acerca de él/ella?.

¿Disculpa su mal humor, su mal carácter, su indiferencia o sus desaires?

¿Subraya en los libros todos los pasajes que le ayudarían?

¿Soporta conductas que no le agradan pensando que si usted fuera lo suficientemente atractiva/o, él/ella cambiaría?.

Si su contestación ha sido afirmativa, plantéese que su relación de pareja perjudica su bienestar emocional y que debe buscar ayuda para superar la situación.



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