UA

Paciencia
y experiencia. Estas son las dos condiciones imprescindibles de toda
buena maquilladora. No hace falta que seas una artista del color y de
los pinceles. En realidad, el maquillaje es una rutina. Claro que los
resultados dependerán de la gracia que cada una tenga para
aplicarlos. El arte del maquillaje está al alcance de tu mano.

  • Antes
    de maquillar…
    Elegir los tonos perfectos y trazar las líneas
    correctas no te servirá de nada si el lienzo no está en perfecto
    estado. Antes de comenzar la sesión de maquillaje asegúrate de
    que tu rostro está perfectamente limpio e hidratado.

  • Corrector.
    Aplícatelo discretamente sobre las imperfecciones que desees
    matizar. No insistas en aplicar una dosis exagerada. El exceso de
    corrector tiene un efecto completamente contraproducente.

  • Base
    de maquillaje.
    Una vez más se impone la mesura. Aplícate un
    poco de maquillaje sobre la palma de la mano y distribúyelo
    concienzudamente por todo el rostro. No te aproximes demasiado a
    la raíz del cabello ni a las cejas. Puedes usar una esponjita
    ligeramente húmeda para conseguir un acabado más uniforme.

  • Matiza
    con los polvos.
    Cuando hayas repartido el maquillaje, aplícate
    unos polvos para dar un toque más cálido y mate al rostro.
    Puedes usar unos polvos sueltos y transparentes o unos compactos y
    coloreados. Depende de la profundidad de tono que desees
    conseguir. Eso sí: en cualquier caso aplícalos con una gran
    brocha.

  • La
    raya de los ojos… ¿sí o no?
    En el debate sobre el eye-liner
    no se ha alcanzado la unanimidad. Decide tú misma en función
    de tus preferencias. Si decides dibujarla, traza una línea finísima
    sobre las pestañas del párpado superior.

  • Sombra
    aquí y sombra allá…
    Elige dos tonos coordinados entre sí
    que combinen con tu vestido. Aplícate el más claro desde el
    lacrimal hasta la mitad del ojo, tanto en el párpado móvil como
    en el fijo. Después, con la sombra más oscura, traza una línea
    desde el final del ojo hasta el final de la ceja y, a partir de ahí,
    extiende el color hasta fundirlo con el otro tono. La suavidad de
    los colores depende de tus gustos, aunque un maquillaje muy
    estridente no resulta demasiado seductor.

  • La
    máscara de pestañas.
    La máscara negra es la más agresiva y
    fuerte, pero es la que más éxito tiene. Sin embargo, puedes
    arriesgarte a experimentar con otros tonos. Aplícatela en las
    pestaña superiores y, más discretamente, en las inferiores.

  • Y
    los labios… ¿los perfilamos?
    ¡Siempre! Aunque lo ideal es
    que el trazo no se note. Elige un perfilador idéntico al tono del
    lápiz de labios y dibuja el contorno de los labios con una línea
    fina y firme. Después rellena el labio con un pincel.

  • Agua
    termal.
    Para asegurar una mayor vida para tu gran obra maestra
    rocíate la cara con unas gotitas de agua termal.

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA