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De entrada parece muy simple: es la medicina que se
basa en la consideración de la energía, tanto para el diagnóstico
como para el tratamiento.

De salida también lo es: no hay nada tan
simple y natural como trabajar con lo que nos define como seres vivos,
la energía.

Lo complicado es todo lo que está en el medio, lo complicado
somos nosotros.
Pero este obstáculo no es gratuito, tiene una explicación.
Es que para investigar y practicar esta medicina uno debe ponerse
en un lugar bastante solitario: un sitio donde es necesario apartarse
tanto de la medicina convencional, atravesada por un feroz mecanicismo,
como de la visión mística de los fenómenos vitales, extraviada en
la divulgación de creencias religiosas disfrazadas de ciencia “alternativa”.


¿Qué es la medicina energética?

Una y mil veces hay que decir que eso de la “medicina
alternativa” es otra mentira, los únicos que alternan son las personas
que buscan algo de verdad en cada lugar, en cada mirada médica. Y
por otra parte, todos los sistemas médicos tienen algo de verdad,
pero sólo en la medida que demuestren su eficacia, sin lo cual carecen
de valor porque la medicina es una práctica que sólo se sostiene en
la obtención de buenos resultados.
(“Medicina verdadera es la que
cura”, decía don Florencio Escardó).


Pensándolo bien, cada cultura “fabrica” una medicina
coherente consigo misma. La cultura de esta civilización es mecanicista,
cree que un ser humano consiste en un sofisticado mecano sin alma
programado por su dote genética e integrado por piezas capaces de
ser cambiadas por otras cuando se gastan. ¿Por qué razón, entonces,
su medicina habría de ser diferente?
En el otro extremo, aparente
extremo nada más, “el mercado” ofrece la posibilidad de escaparse
de la llamada “realidad” gracias al atajo sin demostraciones de las
distintas sectas y cofradías que ofrecen la salvación vía lechuga
o arroz integral (uno podría adivinar internas atroces para dirimir
esta opción de hierro) o practicando cierto orientalismo recalentado
del cual descreen en el mismísimo Oriente.


¿Qué es la medicina energética? Gracias, muy amables por ofrecer estos dos manjares
tan apetitosos y tranquilizadores, pero por mi parte prefiero otro
camino, el de la medicina energética. ¿En qué consiste ese sendero,
cuál es su originalidad y por qué puede considerarse que tiene grandes
posibilidades de constituirse en la medicina del futuro?


Primero porque la medicina energética apunta a un proyecto
de ser humano distinto del que proponen las dos variantes mencionadas:

propone una persona integrada al interior de si misma, donde “el cuerpo
y el alma” sean valorados por igual y se acepte que están íntimamente
unidos, inevitablemente unidos. Unidad extensiva al resto de los humanos
(sociedad), de los otros vivientes (naturaleza) y del cosmos (universo).


Segundo porque el único objetivo válido que se propone
es ayudar a que los trastornos de la salud
se resuelvan a fin de lograr
que el simple y natural objetivo de la existencia pueda realizarse:
“el amor, el trabajo y el conocimiento son las fuentes de la vida
y deberían gobernarla”
. Para lograr estos objetivos, la medicina energética
desarrolla una mirada fundamentada en la energía, de la cual participan
por igual las mejores expresiones de las culturas oriental y occidental.


Oriente aporta la acupuntura china y Occidente la orgonomía
reichiana.
¿Qué es, entonces, esta “famosa” energía y cómo se la utiliza?
No crean que éste es un término ambiguo, confuso o dictado por las
leyes del mercado.. Existen variadas energías pero aquí se está hablando
de la energía vital o bio-energía, como se prefiera denominarla. Es
la mismísima energía característica de los seres vivos (todos) y está
muy lejos de ser sólo una hipótesis atractiva: es una fuerza física
que puede estudiarse, concentrarse y utilizarse terapéuticamente,
ya que no sólo se la encuentra en los seres vivos sino también en
el medio ambiente donde transcurre nuestra existencia.


¿Qué es la medicina energética?

En la profundidad y en la superficie del organismo
esta energía tiene trayectos específicos (meridianos o canales) que
una gran tradición médica ha estudiado con pericia y minuciosa observación:
la medicina tradicional china, de la cual la acupuntura es el fruto
más brillante y conocido.
Para esta concepción el organismo humano
es un sistema energético integrado e íntimamente vinculado con los
otros sistemas vivos animales y vegetales, pero también con el medio
ambiente geográfico y climático. Y es el devenir de estas relaciones
lo que estudia la acupuntura para definir un diagnóstico y prescribir
un tratamiento.


A lo largo del tiempo y del espacio, la búsqueda de
los científicos chinos no fue un acto solitario. Otras tradiciones
también postularon la existencia de la energía vital, que los chinos
llamaron chhi, los hindúes prana y los griegos pneuma.
Quizá nuestros
héroes de tez amarilla y ojos rasgados llevaron ventaja en la investigación
porque eran verdaderos naturalistas y por lo tanto observaban la realidad
con ojos asombrados y descubridores.


¿Qué es la medicina energética?

Y han encontrado un “socio” impensado en occidente,
alguien que surgió de otras historias y en un contexto absolutamente
diferente, pero cuyas investigaciones y hallazgos se articulan notablemente
con las de aquellos anónimos y geniales precursores.


El doctor Wilhelm Reich (1897-1957) descubrió la misma
energía, que llamó orgónica, aunque utilizando otros métodos que lograron
objetivarla y hacerla pasible de experimentación y comprobación.
La
ciencia que fundó se denomina orgonomía y su objetivo es el estudio
de la energía, tanto en los seres vivos como en su entorno inmediato
y el cosmos. Sus alcances son tan vastos que pueden reconocerse en
el origen de todas las escuelas bioenergéticas, las que tratan los
conflictos psicológicos desde o con “el cuerpo”.


Varios de sus hallazgos han sido integrados a este sistema
en forma sumamente práctica (esta “practicidad” es esencial en medicina)
como ocurre con los acumuladores de energía, cuya utilización se indica
en puntos de acupuntura.


¿Qué es la medicina energética? Energía significa fuerza en acción. Y si se habla de
la energía biológica, ésta es la “fuerza en acción” capaz de producir
emociones como la ira o la tristeza y eventos fisiológicos como el
movimiento muscular o la secreción glandular.

La realidad de un ser
vivo viene toda junta (integrada) y no es su culpa que la ciencia
oficial la desintegre o la estudie en innumerables disciplinas: biología,
medicin-a, psicología, sociología, etc.


Para entender las relaciones entre energía, cuerpo
y psique podemos imaginar un árbol: las raíces y el tronco son la
energía. Y las dos ramas principales se llaman una cuerpo y la otra
psique. Suponer una sin la otra es inconcebible. La medicina energética
actúa sobre ambas ramas trabajando sobre las raíces y el tronco, o
sea: sobre la energía.
Veamos cómo lo realiza en la práctica.


En medicina, la mejor práctica empieza con una buena
mirada.


¿Cómo tomar buenas decisiones terapéuticas si no se
entiende lo que está pasando? En esto reconocerán si se trata o no
de una medicina distinta, profunda, innovadora: en el estilo de leer
los signos y síntomas. El secreto de la acupuntura y de la orgonomía
reside justamente en eso, en su capacidad para descifrar los mensajes
que el cuerpo/ alma de las personas emite constantemente.
Eso se llama
pensamiento funcional, algo así como el método científico de la medicina
energética y lo que verdaderamente la distingue.


¿Qué sentido tienen esta fiebre, este dolor de estómago,
una contractura muscular o aquel aumento de la presión?


¿Por qué razón ocurren estos sucesos en esta persona?


¿Es una “gripe” constructiva o destructiva?


Tanto para poder leer correctamente estos sucesos como
para actuar sobre ellos, la medicina energética utiliza una combinación
de acupuntura tradicional, acupuntura moderna y orgonomía.


¿Qué es la medicina energética?

La acupuntura tradicional permite ejercer una clínica
integrada que torna comprensibles los síntomas valorando el estado
de las energías internas (emociones) y externas (clima, medio ambiente).

Ha desarrollado una gran capacidad para “leer” las correlaciones que
existen entre órganos, tejidos y emociones.

Sabe, por ejemplo, que
el pulmón y el intestino grueso se relacionan con la sequedad, la
tristeza, la piel, el otoño, el olfato y el sabor picante.

O que el
riñón y la vejiga no pueden separarse de los huesos, el frío, el miedo,
el invierno, la audición y lo salado.

Pero que el hígado y la función
biliar guardan estrecha relación con la primavera, el viento, la visión,
la ira, los músculos y lo ácido.

Y si esto ya es maravilloso porque
permite “entender” un asma o un colon irritable, qué puede decirse
de la increíble capacidad terapéutica de la acupuntura tradicional
con sus más de mil puntos ubicados en la piel y sobre los cuales puede
influirse con agujas, presión, calor, electricidad, infrarrojo, laser
o ultrasonido. ¡La “verdad” de la acupuntura siguen siendo sus puntos!
Y ellos están ahí, con sensibilidad variable, esperando el estímulo
adecuado para volverse elocuentes equilibrando la energía y mejorando
las funciones alteradas.


¿Qué es la medicina energética?

Los desarrollos de la acupuntura moderna son una bendición
para quienes ejercemos esta medicina por convicción y necesaria certeza.
Un adelanto importantísimo fue la posibilidad de comenzar a medir
los puntos con aparatos electrónicos.

¿Sabían que cada punto tiene
determinada carga eléctrica que puede obtenerse con equipos apropiados?

Lo interesante es que la carga varía lo suficiente como para poder
diagnosticar en los dos aspectos determinantes de la medicina energética:
la cantidad de energía y su distribución (equilibrio o desequilibrio).
Lo característico de los puntos es que poseen una resistencia eléctrica
más baja que en los sitios de la piel donde no hay puntos, razón por
la cual se dice de ellos que son “electro-permeables”. Se miden de
acuerdo a los parámetros del sistema Ryodoraku de Japón, del cual
se utiliza uno de los aparatos.

Pero hay otra escuela que también
ha permitido avanzar sólidamente en este terreno: la electroacupuntura
alemana del Dr. Voll
apoyada en la exactitud de la implacable electrónica
alemana que nos proporciona el Dermatrón. Con él se pueden hacer dos
cosas notables: un diagnóstico de la función de los distintos órganos
a través de los puntos de acupuntura y un test de medicación. Lo primero
permite estimar si un órgano se encuentra funcionando normalmente,
en hiperfunción (rango “inflamatorio”) o en hipofunción (que puede
llegar a la degeneración). Lo segundo permite investigar si una medicación
posible será adecuada para el tratamiento, indiferente o tóxica.


Y la orgonomía, absolutamente complementaria de las
primeras dos. Sus aportes son numerosos y valiosísimos para terminar
de redondear una medicina a escala realmente humana. Si la acupuntura
supone la existencia de una energía distinta y característica de los
seres humanos, la orgonomía la demuestra y la utiliza para sus tratamientos.

¿Qué es la medicina energética?

Así es que existen dos artefactos simples y contundentes en su arsenal
terapéutico: los acumuladores de energía orgón y los extractores de
energía o Dor-buster, utilizados para eliminar energía negativa de
los sitios donde se encuentra estancada, ejerciendo una acción de
bloqueo sobre el conjunto del campo energético.

De la orgonomía procede,
también, la concepción de coraza y de estructura caracterial (en sentido
amplio, psicofísico) que se utilizan combinándolas con las tipologías
de la acupuntura tradicional. La ciencia reichiana y su método de
análisis funcional son indispensables para comprender el origen de
los trastornos humanos a nivel individual y social,
expresados en
las distintas situaciones de bloqueo energético y en el desarrollo
de las estructuras caracteriales. ¡Por fin puede entenderse porqué
y cómo se desarrollan el cáncer, el asma, la artritis, la úlcera o
el fascismo!



El análisis de la energía gracias a la medición de los
puntos, la comprensión de los bloqueos que debemos a la orgonomía
y el test electrónico de medicación permite incorporar de manera natural
dos importantes recursos terapéuticos: la homotoxicología de Reckeweg
(homeopatía moderna) y los oligoelementos de Menetrier (medicina funcional).

Basta con medir estos medicamentos en los puntos apropiados para corroborar
su posible eficacia.

Entonces la medicina energética dispone de un
poderoso arsenal diagnóstico (las mediciones) y terapéutico: acupuntura
y su variedad de técnicas para estimular los puntos, orgonomía con
los acumuladores de energía y los Dor-buster, oligoelementos y medicamentos
homeopáticos. Aunque también enfoques nutricionales y relacionados
con la actividad física, que ahora no se desarrollan para no alargar
este artículo.

Dr. Carlos Inza

¿Qué es la medicina energética?

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