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La Pareja: celos patológicos

Trataremos los celos patológicos desde
el punto de vista de la terapia racional emotiva (Albert
Ellis, 2001).

En primer lugar, conviene distinguir entre
los celos normales, que cualquier persona puede sentir en
un momento dado sin que suponga un problema, y los celos
patológicos
.

Los celos sanos consisten en una preocupación por
la posible pérdida de una persona amada o malestar
por la relación real o imaginada que esa persona
tiene con alguien más.

Quienes sienten este tipo
de celos prefieren que sus parejas permanezcan con ellos
y no desean que tengan una relación demasiado íntima
con nadie más. Esto a veces causa algunos problemas
en la pareja pero no son demasiado serios ni producen un
malestar intenso a ninguno de los miembros de la pareja.

Por el contrario, los celos patológicos están
acompañados de intensos sentimientos de inseguridad,
auto-compasión, hostilidad y depresión y suelen
ser destructivos para la relación.

La diferencia entre ambos tipos de celos está en
que en vez de preferir y desear que su pareja esté
sólo con él o ella, las personas con celos
patológicos, están exigiendo o demandando
que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse
emocional o íntimamente con otras personas.

Al estar utilizando
un pensamiento rígido, basado en exigencias absolutistas
que no admiten más posibilidad que el cumplimiento
de sus deseos, estas personas perciben la posibilidad de
una infidelidad como algo terrible (siempre que exijas que
algo tiene que ser como tú quieres que sea, en vez
de solamente preferirlo, considerarás horrible la
mera posibilidad de que no sea así). De este modo,
vigilará cada gesto inocente de su pareja hacia otra
persona para tratar de prevenir e impedir que llegue a suceder
eso que considera tan terrible e insoportable.

En cambio, cuando una persona utiliza un pensamiento flexible,
se dice a sí misma cosas como “Deseo mucho que
mi pareja esté sólo conmigo, pero es libre
de elegir lo que quiere, y si me deja será doloroso
y frustrante pero no será algo terrible, ni insoportable
ni me matará
“.

La persona que piensa de este
modo puede estar preocupada, pero no aterrorizada ante la
posibilidad del abandono ni necesitará estar constantemente
en guardia por si sucede eso tan temido.

En cambio, si está
utilizando un pensamiento rígido y dogmático,
creerá cosas como: “Mi pareja no puede ni debe
dejarme nunca bajo ninguna circunstancia ni tiene derecho
a hacerlo porque si lo hace me sentiré fatal y será
terrible e insoportable
. La persona que piensa de
este modo se sentirá muy ansiosa, insegura, deprimida,
agresiva y dependiente.

Por ejemplo, quien piensa que su valor personal -u hombría,
en el caso de los hombres- depende de que su pareja permanezca
con él o ella
, está creando una relación
de dependencia que lo mantendrá continuamente ansioso
pensando en lo horrible y humillante que sería que
su pareja lo dejara; mientras que si piensa que su valor
como persona no tiene nada que ver con eso (es decir, utiliza
un pensamiento más realista) entonces se sentirá
más relajado en su relación con su pareja.




Los sentimientos de hostilidad provienen de creencias
como: “si mi pareja me deja sufriré mucho; por
tanto, no puede dejarme y si lo hace es una persona horrible
que merece el castigo”
. De este modo se ven con derecho
a llegar incluso a la violencia. Es decir, quien piensa
así considera que sus deseos son órdenes para
los demás y antepone sus propios deseos y bienestar
al de su pareja: “como a mí me dolería
mucho que me dejaras, no eres libre para hacerlo”.

Creencias irracionales que dan lugar
a celos patológicos

Entre ellas se encuentran las siguientes:

1. La pareja que yo he elegido debe amarme mucho y en todo
momento mientras yo quiera que sea así.

2. Es terrible que mi amor no sea correspondido (como tiene
que ser) y eso hace que mi vida sea horrible.

3. No puedo soportar que mi pareja no me quiera tanto como
yo a ella/él

4. Dado que no he logrado que mi pareja me quiera como
tendría que haber hecho soy una persona inadecuada
e indigna de amor.

5. Si mi pareja me deja nunca encontraré a nadie
a quien amar y seré infeliz toda mi vida porque no
puedo ser feliz sin un/a hombre/mujer.

6. Tengo que estar absolutamente seguro/a en todo momento
de que mi pareja me ama, ya que necesito su amor para vivir.

7. Si mi pareja me es infiel, los demás se reirán
de mí y pensarán que soy un idiota total,
y eso no podría soportarlo.











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