– Hace tres años, perdí a un amigo, casi hermano al cual adoraba con el alma, lo conocía desde el nacimiento.
El salió con su novia a un mirador a eso de las 10:00 pm, estando allí, un tipo se acerco con intenciones de robar, el prendió el carro y en seguida, el tipo le disparó y el tiro, entro en su cabeza. No hubo nada que hacer, murió instantáneamente.
Desde entonces, no he vuelto a encontrar un amigo como él pero lo siento frecuentemente, cuando he estado angustiada, lo invoco y de repente, siento fortaleza.
Hace una semana tuve un problema muy grande con una amiga, me sentía triste y prendí una velita blanca.
Puse la foto de mi amigo y comencé a charlar con él como si me escuchara, contándole muchas cosas.
En un momento, la mechita de la vela se abrió en tres y formó un trébol.
Fue algo mágico, no sé si era su forma de comunicarse conmigo pero me pareció muy lindo. ¡¡Aún conservo la vela con el trébol!