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– Deseo compartir con ustedes, una terrorífica experiencia personal que viví hace escasas dos semanas.

Soy de Panamá y este suceso ocurrió el 26 de mayo de 2012. Mi amiga Malena me contó, con gran preocupación, que en su casa veía sombras, escuchaba ruidos, e incluso llegó a “pelear” con algo gelatinoso que trataba de hacerle daño a uno de sus hijos.

Asustadas, fuimos a visitar a mi amigo Juan, un joven hechicero, muy conocido por su efectividad y sencillez. Él nos dijo que debíamos ir a la casa de Malena y mediante una sesión espiritista, saber qué habitaba esa casa y por qué. Juan nos advirtió que Malena estaba presa de un hechizo realizado por una compañera de trabajo que la odiaba y la envidiaba sin razón aparente.

El conjuro hecho hacia Malena, según Juan, era para matarla. Es aquí donde comienza la terrorífica experiencia que quiero compartir con ustedes. Juan nos advirtió que ese espíritu entraría en su cuerpo y que habláramos con él.

Pero cuando inició la sesión, nos dijo, que no “anclaría” a ese espíritu, pues lo que él veía era un demonio, algo jamás encarnado. Así que decidió encarnar a “su muerto”, el espíritu que siempre lo ayudaba en sus sesiones. Mientras hablábamos con el muerto, todo iba bien, hasta que de pronto, éste se calla y abre los ojos desmesuradamente con una expresión macabra en el rostro… y yo pregunto: ¿Juan?… Y éste me contesta, obviamente poseído por ese demonio, y con una voz muy gruesa: ¡No soy Juan!. Le contesté helada del terror: ¿quién eres?, y dijo ¡Tú sabes quien soy!

Lo que pasó después, fue terrible. Malena y yo salimos horrorizadas de la casa, con esta entidad tras nosotras. Rezábamos, le tirábamos agua bendita, y solo se reía y nos decía vulgaridades. A mí me agarró con una fuerza increíble. Logré zafarme como pude y huí. Luego atacó a Malena, con saña mientras le decía: ¡A ti es a quien quiero! Pedimos ayuda a una vecina de Malena, y el terror nos hizo llegar a la iglesia católica.

Allí nos acogieron con mucho amor y nos advirtieron, que de esta experiencia saquemos en conclusión que no se puede servir a dos señores, o se está con Dios o con el diablo.

Así que quiero aconsejarles que tengan mucho cuidado y no se fíen de cualquier “brujo”.

¿Un brujo?. No se fíen de cualquier brujo

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