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Esa mirada de fotógrafo que capta instantes que otros no ven [14-07-2020]

 

Los ojos, ese sistema óptico complejo que nos permite captar la luz, enfocar un objetivo para formar una imagen y transformarla en señales eléctricas para enviarlas al cerebro, es mucho más que un sofisticado órgano visual, lo cual no es poco.

 

Se dice que son el espejo del alma, una muestra de nuestro mundo interior. Pueden ser bonitos, pero lo realmente bello y comunicador, más que el ojo, es la mirada. La mirada comunica queriendo y sin querer, a través de ella se expresan sentimientos e intenciones en un lenguaje que dice mucho sin palabras, que no precisa de subtítulos.

 

Por medio de la mirada podemos intuir el estado de ánimo de nuestro interlocutor, si está triste, enamorado, enfadado, preocupado o cansado. Podemos apreciar la sinceridad de la mirada o detectar la falsedad. Una sonrisa incongruente con la mirada puede delatar la tristeza escondida en nuestro interior. Si lo pensamos un momento seguro que hemos observado más de una vez multitud de miradas diferentes, relativamente fáciles de interpretar. La expresión de amor maternal que se refleja en el intercambio visual de una madre y su bebé. La mirada de asombro tras un descubrimiento en los niños. La insidiosa mirada que produce la envidia. La mirada perdida del extraviado en sus pensamientos. El apasionado cruce de miradas, de pupilas dilatadas, de los amantes. La dulce mirada de la verdadera compasión. La fija y cruel mirada del dominante controlador. La serena e irradiante mirada del alma evolucionada. La vidriosa mirada del que agoniza. La cansada mirada de la fatiga. La temblorosa mirada del poseído por el miedo. La perturbadora e inquietante mirada del psicópata en potencia. La brillante mirada del artista.

La verdad es que hay miradas que hablan por sí solas, nos permiten una conexión diferente con los demás, incluso trazar un mapa de afectos, sentimientos y sensaciones. Pueden ser un puente entre dos almas, conectando ambos mundos interiores, en una especie de sincronización de emotivos diálogos armónicos, que hablan sin hablar, que dicen sin palabras.

 

También está la mirada que proyectamos sobre las cosas, la mirada que enfocamos sobre el mundo que nos rodea, la mirada al exterior.

 

Esa mirada de fotógrafo que capta instantes que otros no ven. La mirada al entorno en busca de los fugaces y bellos pequeños momentos que constantemente se producen a nuestro alrededor. La infinita mirada al horizonte que aprecia la belleza de un púrpura atardecer. La plácida mirada hacia el mar, que tan solo absorbe su belleza, mirando sin observar, viendo sin analizar, vaciándose de pensamientos, meditando sin meditar.

 

Las miradas unen, conectan, expresan y proyectan. No deberíamos infravalorar el valor de una mirada, pues como el refranero expresa: una mirada dice a gritos lo que el corazón calla.

 

Buen día a tod@s!!!

Os quiero Bandid@s!!!

“El alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada.” Gustavo Adolfo Bécquer

Pues he aquí una de las versiones de un tema que ya se ha convertido en un clásico del jazz vocal, “The Look Of Love”, interpretado por Diana Krall (particularmente la versión que más me gusta)….con esa mirada del amor os dejo hoy…

el-pinche-feliz

Aquí a diario Mis Gastrotapasdesde la “Oronja Home”
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