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Soy maestra, y me quedé austada….

 

Cada semana les pedía a mis alumnos de preparatoria que escribieran una cuartilla acerca de un tema de interés, con el fin de que practicaran su ortografía en inglés.

La semana pasada el tema era libre. Podían escribir sobre cualquier cosa que quisieran. Recogí los legajos el viernes y me los llevé a mi casa.

El domingo por la mañana me senté a revisar las tareas. Tenía mucha curiosidad por leer los escritos pues esperaba encontrarme con todo tipo de cosas, pero nunca esperé encontrarme con algo tan triste y preocupante.

No puedo explicar con palabras la tristeza que sentí cuando llegué al legajo de una alumna y leí lo siguiente: “Me odio a mí misma. No soporto verme al espejo. Soy una gorda horrenda. Soy un monstruo. Me odio, me odio a mí misma”.

Me quedé asustada. No lo podía creer, no podía ser. Ella es una de mis alumnas más simpáticas e inteligentes. Sí, realmente no es muy delgada, pero es muy bonita y muy alegre.

¿Cómo era posible que se sintiera así? ¿Cómo podía odiarse a sí misma de ese modo?

Esto me hizo pensar en la gran presión que muchas de nuestras adolescentes están viviendo hoy en día. Una presión obsesiva por estar delgadas. Una presión social que tiene sus raíces en la falta de autoestima.

Así como esta alumna he conocido a muchas, muchas muchachas entre los 15 y los 18 años de edad que están sufriendo verdaderas crisis por no aceptar su apariencia personal. Y llegan a extremos alarmantes y altamente perjudiciales para su salud debido a su obsesión por ser delgadas.

Algunas jovencitas se han operado el estómago para bajar hasta 20 kilos, otras más dejan de comer y se someten a dietas muy riesgosas, llegando hasta convertirse en anoréxicas o bulímicas. Algunas se desmayan en la escuela a causa de las pastillas que ingieren.

Yo me pregunto, ¿se dan cuenta los padres y madres de estas niñas de lo que está sucediendo? ¿Cómo permiten que sus hijas se sometan a este tipo de operaciones poniendo en riesgo su vida? Ellas son menores de edad, pero sus padres no y este tipo de hechos no tienen perdón.

No tengo nada en contra de que una persona que tiene sobrepeso se someta a una dieta o haga ejercicio para mantenerse en línea, pero estamos hablando de que a algunas adolescentes las están sometiendo a operaciones y a dietas que solamente perjudicarán su salud en el futuro.

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¿Qué se puede hacer?

 

En primer lugar es necesario hacer conciencia entre las adolescentes de que el peso corporal normal es variable según la persona. Existe la chica que nace con un cuerpo delgado, la que tendrá un cuerpo medio y la que tendrá un cuerpo grande.

No todas las jovencitas podrán convertirse en personas extremadamente delgadas sin poner en riesgo su salud.

La imagen de las modelos y de las actrices de televisión está completamente fuera de la realidad y muy pocas mujeres pueden conseguir ese peso.

En segundo lugar se les debe informar acerca de los riesgos y consecuencias de contraer enfermedades como la anorexia y la bulimia.

Algo que yo les comento a mis alumnas y que muy pocas saben es que una persona que tiene cambios drásticos en su alimentación muy probablemente tendrá problemas para embarazarse el día que quiera ser madre.

La anorexia consiste en dejar de comer, no por falta de apetito, sino porque no se desea comer. La bulimia, por el contrario, consiste en comer compulsivamente y después provocarse el vómito, realizar ejercicio excesivo o ingerir medicamentos.

No son un simple capricho, son enfermedades muy serias que pueden incluso causar la muerte y se necesita ayuda profesional para superarlas.

En Nuevo León existe una organización no lucrativa que está apoyando a jovencitas con estos problemas, es la organización Comenzar de Nuevo (www.comenzardenuevo.org).

La salud no es un juego, es uno de los mayores tesoros que poseemos. Tenemos que enseñar a nuestras jóvenes a valorarla.

Debemos darnos cuenta que ya hasta las niñas pequeñitas quieren estar a dieta para parecerse a sus mamás.

¿Hasta cuándo vamos a detener esta imagen anormal de belleza que en lugar de contribuir está destruyendo la felicidad de miles y miles de jovencitas?

Yo no recuerdo que en mis tiempos de adolescente mis compañeritas sufrieran por sentirse gordas y no hace mucho de esto, ¿qué fue lo que pasó en tan pocos años?

La autora es licenciada en educación y cuenta con una maestría en educación y comunicación.

Está en sus manos

Si es padre o madre de una hija adolescente:
-Vigile la alimentación y la buena nutrición de su hija
-No le permita ponerse a dieta si no lo necesita
-Apoye su crecimiento y contribuya a su autoestima basándose en la aceptación de sí misma y de la belleza más importante, la belleza del alma.

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