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Mucho más que una simple técnica

 

La electricidad ha dejado ya de ser cosa de electricistas para saltar a centros de salud y de estética. Enfermedades como el reúma, los problemas circulatorios o las fracturas óseas y musculares se pueden mantener a raya gracias a al electroterapia.

Una técnica que también invade los salones de belleza.

La electroterapia es una técnica que a través de la emisión al cuerpo humano de corrientes eléctricas de baja intensidad resulta efectiva para tratar diversas patologías y desórdenes.

electroterapia

Estas son algunas de sus aplicaciones.

 

Los músculos.

Está muy indicada para hacer frente a diversos problemas musculares. Por ejemplo, produce relajación muscular y ayuda a paliar las contracturas en la fibra muscular estriada, mientras que tiene un efecto antiespasmódico en las fibras musculares lisas. También está indicada para el tratamiento de patologías musculares traumáticas en fase aguda o subaguda.

La circulación sanguínea.

Posee un claro efecto antiinflamatorio así como ayuda a regular y potenciar la circulación sanguínea. También es adecuada para el tratamiento de alteraciones en la circulación periférica como la enfermedad de Raynaud.

La masa ósea.

Este tipo de terapia tiene un claro efecto sobre el metabolismo del calcio en el hueso y sobre el colágeno, ya que potencia la osificación y estimula la cicatrización de las heridas. Así mismo, está indicada para la osteoporosis o el retardo en la reparación de las fracturas.

Procesos reumáticos.

En general es una terapia indicada para todas las patologías artríticas degenerativas e inflamatorias.

Patologías de origen neurológico.

Combate los dolores de origen nervioso, lumbalgia, ciática o las migrañas.

Otras patologías.

Asimismo, es efectiva para el tratamiento de enfermedades como el asma bronquial, la úlcera gástrica crónica, la insuficiencia hepática, o los trastornos de la circulación cerebral

Medicina deportiva.

La electroterapia es una eficaz arma para combatir contusiones, distorsiones, luxaciones, contracturas musculares o tendinitis, entre otras.

Curación de heridas.

Una de las principales aplicaciones de la electroterapia es la cirugía, ya que este tratamiento posee la propiedad de acelerar el proceso de cicatrización y de curación de las heridas y quemaduras.

El cuerpo humano crea una serie de corrientes eléctricas que potencian la cicatrización de las heridas. Sin embargo algunos fenómenos como las varices o los trastornos en la circulación periférica pueden dificultar este proceso natural. Estos problemas se acaban manifestando en forma de úlceras cutáneas. Numerosos investigadores como Carley P. Wainapel o Wheeler, entre otros, afirman que la aplicación de electroterapia ayuda a atajar estos problemas y a acelerar el proceso de curación de las heridas.

Estimular los músculos.

Las aplicaciones de la electroterapia no se quedan ahí. Para ejercitar la musculación ya no es necesario hacer ejercicio y contraer voluntariamente los músculos. A través de los aparatos de electromusculación se puede conseguir el mismo resultado. A través de un electroestimulador se somete a las fibras musculares a procesos de contracción y relajación que producen el efecto similar al del ejercicio físico.

Estos métodos se comenzaron a utilizar hace más de cuatro décadas en la Unión Soviética para aumentar la fuerza de sus deportistas. En la actualidad la medicina ha hecho de esta técnica una efectiva terapia para luchar contra la atrofia muscular debida a largos periodos de inmovilidad de los músculos.

Diversos estudios afirman que con esta técnica se puede ganar fuerza y masa muscular, mejorar su resistencia así como favorecer la recuperación tras el esfuerzo.

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