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El título de este artículo pudiera llamar la atención, dado que es de esperar que los padres amen a sus hijos de manera incondicional.

 

Sin embargo la realidad nos indica lo contrario al menos en muchos casos, pues hay niños que tienen la desgracia de nacer en familias dónde no sólo no los quieren sino que los maltratan de manera sádica e inhumana para formar parte de lo que se conoce como el síndrome del niño maltratado.

 

Esto no es nada nuevo, ha existido de por vida y con el tiempo crece todavía más pues según los estudios socio-psicológicos entre más moderna y tecnológicamente avanzada sea una sociedad, mayor resulta la incidencia del maltrato al menor.

Se define al síndrome del niño maltratado cuando se da un trato de descuido y maltrato que va desde una ligera privación o desnutrición, hasta el descuido general acompañado de maltrato verbal y físico con todas sus variantes de crueldad desde maldiciones, empujones, pellizcos, quemaduras, ataduras, golpes contusos y violaciones sexuales.

El maltrato de niños por sus padres puede producirse a cualquier edad, con mayor incidencia en pequeños de menos de tres años, anteriormente se trataban estos casos como el fenómeno del niño golpeado, pero en realidad los golpes son la última parte del hecho pues estos niños no reciben sólo el golpe sino que estos van acompañados siempre de maltrato verbal y muchas veces sexual, siendo éstos los tipos de abusos llamados silenciosos u ocultos porque una gran mayoría los calla por vergüenza o amenazas por parte del torturador.

Existen también los casos por privación, las sutiles actitudes de descuido e indiferencia y los extraños y a veces mortales “accidentes” de los niños que apenas empiezan a caminar.

Tal ves este relato pareciera un guión de terror, pero NO, esto pasa en la vida real y en cualquier lugar del mundo, basta con mencionar los casos ocurridos en nuestra ciudad de los que es imposible sustraerse.

“Un pequeño Germán de tres años fue rescatado maltratado encontrándole quebraduras añejas de huesos mal soldados y cicatrices de quemaduras de cigarro, y por otro lado Sergio de 12 años edad y discapacitado, que fue hallado encadenado, desnudo y con signos se desnutrición severa. Saber de los casos de estos niños como de otros es estrujante, inconcebible e inhumano, y como es de suponer todo este daño les fue ocasionado por sus padres.

Lamentablemente cuando los niños maltratados son rescatados es demasiado tarde para salvarlos, no precisamente de sus vidas, sino del daño emocional y físico causado, pues hay que separarlos de estos ambientes al año o dos máximo para poder hacer algo y reestructurar su emocionalidad, pues de lo contrario su futuro queda marcado y es difícil rescatar su seguridad cuando ya tienen 4, 5, 6 años o más y han estado sujetos a golpes maltrato y descuido.

Hay que recalcar que no es sólo el maltrato inmediato lo que debe interesarnos, sino también el futuro. Debido a que el niño que sobrevive al maltrato rara vez se recupera, queda permanentemente dañado ya sea corporal, cerebral o psicológicamente y, a veces, en las tres formas.

sindrome niño maltratado

¿Porqué maltratan los padres a sus hijos?

Existen falsas creencias respecto al perfil del padre maltratador, principalmente se piensa que se comporta así por ignorancia o porque no tiene preparación académica, esto en gran medida es falso, pues la ignorancia no está reñida con los sentimientos y el amor, ya que existen personas ignorantes incluso hasta analfabetas que son buenos padres y saben proteger y cuidar a sus hijos dentro de los rangos normales, por otro lado hay padres con grados universitarios que maltratan a sus hijos sin consideración, es decir que tanto hombres como mujeres de cualquier condición económica o grado de educación forman las filas de los maltratadores.

Otra falsa creencia es que los padres piensan que poseen todos los derechos para educar a sus niños como les plazca, y en nombre de las medidas disciplinarias los “corrigen” con gritos, ofensas y golpes. Creen estar en lo correcto porque los “educaron” igual y creen que es la única forma de que aprendan a obedecer, dicen que “lo hacen por su bien”.

Los motivos reales del maltrato son la deficiencia emocional y moral, pues este tipo de padres adolecen de una falta total de control de impulsos y descargan sus corajes contra el hijo o la hija, no se dan cuenta del daño y las consecuencias que están causando, y a su vez en su mayoría provienen de familias cuya norma era la agresión física, y ahí aprendieron que la violencia es el recurso para enfrentarse a los problemas y a los sentimientos.

Los grupos de padres maltratadores van desde los inmaduros, mentalmente deficientes, histéricos, y los sádicos considerados como los más peligrosos. Cualquiera de estos tipos pueden agravarse con la combinación del alcohol y las drogas y las dificultades económicas, son personas desquilibradas y su forma de relacionarse con el hijo o la hija es permanentemente hostil y agresiva.

Padres oscilantes

Hay ocasiones en que los padres se pueden desesperar e incluso perder la paciencia, pero la mayor parte del tiempo tratan a sus hijos con la conciencia de no dañarlos, tienen sentido común y ponen límites adecuados para disciplinarlos y aunque se molestan y les llaman la atención con fuerza no llegan a ocasionarles resentimiento pudiendo volver a relacionarse afectivamente.

Son papás que saben pedir consejo y les interesa aprender a ser buenos padres, saben dar afecto protección y disciplina y entran en la categoría de padres estables.

Existe otro grupo intermedio de padres llamados oscilantes, éstos ocupan un mayor número que los padres que odian, y aunque no actúan con la misma frecuencia e intensidad de crueldad e inconciencia de los maltratadores, sí se comportan de tal manera que afectan el buen desarrollo emocional de sus hijos.

Son los típicos padres que pueden decir que quieren mucho a sus hijos pero les tienen poca paciencia y tolerancia y responden de acuerdo al estado emocional en que se encuentren.

Se les llama oscilantes porque así como les gritan y/o les pegan, los pueden abrazar y besar, con frecuencia se cargan de culpa por el maltrato y se van al extremo de compensarlos comprándoles cosas.

El grito y el castigo corporal es tan común que la mayoría de las personas piensan que es forma de corregir a los niños, están muy convencidos que si no les gritan y pegan no entienden, pero lo que sucede es que los condicionan a responder por este trato.

Pegarle a los hijos para corregir sus inconductas es un camino rápido y aparentemente fácil, pero es indiscutible que siembra en sus personalidades hostilidad y dificultades para relacionarse y con toda seguridad el pronóstico de estabilidad emocional no será favorable.

¿Qué provocan los golpes?

  • Impotencia
  • Temor
  • Odio
  • La conducta no cambia
  • Se rompe la relación con los padres
  • Provoca mayor rebeldía

 

¿En verdad quiere mucho a sus hijos?

Pues demuéstreselos y trátelos cada día con infinita paciencia, amor, respeto y límites adecuados y a tiempo. Si no sabe como hacerlo, empiece por fortalecer sus impulsos así como buscar lecturas de apoyo educacional, o bien pida consejo a especialistas y de esta manera asegurará la salud emocional y física de sus hijos.

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