UA

 

Atención a tus pensamientos

Tener malos pensamientos, y no pecaminosos sino sobre situaciones que pueden llegar a pasar, lleva a las personas a situaciones de estrés y angustia, que hay que intentar evitar. Una forma de intentar pensar positivamente es utilizando la relajación.

 

Muchas personas se pasan la vida temerosas de que les pueda suceder esto o aquello, que les despidan de su trabajo, de que a sus hijos les suceda algo, de que su pareja se enamore de otra persona y le abandone…. Y con esa actitud lo único que consiguen es angustia y estrés y todo los que ello conlleva en el día a día.

acontecimientos Lo bueno no dura poco

Algunas personas ante una buena temporada comienzan a ver nubes en el horizonte cuando son conscientes de que todo, más o menos, les va bien. Piensan cosas como esto no puede durar mucho, todo lo bueno se acaba… y comienzan a buscar, inconscientemente, por dónde romper ese estado.

Dicen los psicólogos que los pensamientos negativos consiguen acrecentar el estrés y eso no es, en absoluto bueno. La psicóloga Ursula Markham en su libro Convivir con el cambio afirma que existe la preocupación de entrar en el dominio de lo desconocido, de tener que abordar situaciones diferentes en la vida. Y, por su puesto, la expectativa de que algo salga mal, multiplica estos sentimientos.

De hecho, es posible que la persona puede llegar a ser tan negativa en pensamiento y actitud que acabe ocasionando el tan temido suceso, mientras que si hubiera permanecido un poco más relajada en esa situación, las cosas podrían haber sido diferentes.

Ante el embarazo

A lo largo de la vida se van sucediendo acontecimientos que pueden empujar a la persona a la anticipación más desastrosa. Uno de esos momentos llega cuando una mujer espera un hijo. Algunas dicen que desde ese día no tienen ya un momento de tranquilidad pensando en lo que les puede suceder.

Las mujeres que están embarazadas, especialmente si son primerizas, suelen sentir cierto grado de ansiedad producido por lo desconocido que les espera. Todo tipo de pensamientos negativos pueden asomar a su mente. Las preguntas surgen sin parar: ¿cómo se las va a arreglar a partir de ahora?, ¿y si el bebé no nace sano?, ¿sabrá ser una buena madre?.

Ante el trabajo

Una situación de cambio que también suele tener consecuencias estresantes es la de un cambio de trabajo, aún cuando la persona lo desea con toda su alma. Pero no dejará de hacerse preguntas: ¿será capaz de hacer bien su trabajo?, ¿será capaz de caer bien a todos sus nuevos compañeros y jefes?.

Y si los cambios positivos como los señalados pueden ocasionar una anticipación temerosa, la perspectiva de un cambio negativo son aún peores. El problema es que la persona negativa tenderá a preocuparse incluso por cosas que es poco probable que sucedan, expone Ursula Markham.

Sin agobios ante situaciones nuevas

Una anticipación negativa llevada al extremo posiblemente acabe desencadenando la propia situación temida. En el caso de que una persona piense que su pareja le es infiel, se volverá inquisidora con ella. Y una pareja así, que sospecha a todas horas, está muy lejos de ser la ideal. Algunas personas si se sospecha de ellas sin motivo, pueden acabar por cansarse y largarse.

En el caso de que alguien piense que puede perder su puesto de trabajo, posiblemente acabe haciéndolo, ya que la negatividad que encierra alterará su actitud hacia el trabajo que realiza y entorpecerá su habilidad de rendir adecuadamente. Y un empleado que rinde poco o no como se espera de él, está en la lista de los primeros en irse a la calle en época de crisis o antes, incluso.

Guardar

https://analytics.google.com/analytics/web/?authuser=0#/a19873651w39653599p39359059/admin/integrations/adsense/editor/MELVhoLOS4O55HAh2VocUA