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Es que no aguanto a mi suegra….

 

La imagen de la suegra, aún siendo un estereotipo, en muchas ocasiones se convierte en la peor de las pesadillas. No es que todas respondan a la imagen de mujer que lo quiere controlar todo, entrometida y posesiva; pero algunas sí encajan con esta idea.

 

Para intentar solventar los conflictos que puedan llegar a crear en la relación de pareja, hay que armarse de valor y dejar las bases del juego muy bien sentadas desde el principio.

Los chistes fáciles de la suegra existen desde siempre y, aunque su imagen sea fruto de un estereotipo, demasiadas veces su presencia encierra algo conflictivo. Esta situación se agrava cuando se trata de una madre muy protectora. Ella querrá seguir controlándole aún cuando este se haya casado y, lógicamente, no hay esposa que lo aguante, por muy amante y complaciente que sea.

La figura de la suegra, o al menos de su estereotipo, es presentada como una mujer dura, insoportable, que todo lo quiere controlar y es bastante difícil de manejar. Ambos miembros de la pareja intentan contentarla, y mostrarse amables cada vez que aparece. La situación, en algunos casos, puede llegar a ser muy complicada.

Vendo a mi suegra, con sus hijos, sus nietos y cartilla de la Seguridad Social. Incluye plan de pensiones....

Vendo a mi suegra, con sus hijos, sus nietos y cartilla de la Seguridad Social. Incluye plan de pensiones….

Sentencia contra suegras

Los conflictos que en la pareja pueden ser originados por la suegra o cualquier otro familiar son un asunto importante a tener presente; no se trata sólo de un recurso fácil para el chiste. Tanto es así que hasta el Tribunal Supremo italiano se ha llegado a pronunciar al respecto en contra de algunas prácticas consideradas poco sanas para la convivencia en armonía de la pareja. Este Tribunal dio la razón a una mujer de 26 años que abandonó su hogar cansada de los reproches constantes que le hacían sus suegros.

Según la sentencia, puede establecerse como “justa causa” para el abandono “la intromisión habitual de los suegros y demás parientes terribles, porque puede llevar hasta la intolerancia en el mantenimiento de la vida familiar y causar graves perjuicios en la educación de la prole.”

Casado, casa quiere

Esta sentencia está en consonancia con las tesis de los psicólogos que apoyan la necesidad del ser humano de desarrollar su identidad dentro de su propio territorio. Por eso es tan recomendable, que, salvo causas mayores, las parejas recién casadas vivan solas en su propia casa. Las que tienen que quedarse en casa de los padres de alguno de los miembros, además de disponer de menos intimidad para conocerse, deben luchar contra los elementos externos que le rodean.

Los psicólogos señalan que las parejas que comienzan una convivencia, lo cual es ya un gran reto no exento de dificultades, tienen que desarrollar su identidad y libertad en ese espacio propio. Es algo esencial para su armonía.

Yernos y nueras

Entre las recomendaciones que una terapia de autoestima ofrece a las sufridas nueras y yernos con suegras entrometidas destaca una buena dosis de paciencia, pero con ciertos límites. Los asuntos de la casa son cosa de dos, él y ella. La suegra puede intervenir, pero ¡cuidado!, algunas no saben limitarse y aquí es donde realmente comienzan los problemas.

Ninguno de los miembros de la pareja tiene porqué sentirse hipersensible a las críticas de sus respectivas suegras. Es importante dejarles claro que ella podrá mandar y ordenar en su casa y, haciendo una gran concesión, dar algún consejo si se le pide. Cada cual en su casa tiene su manera de actuar que obedece a una forma de ser y estilo de vida; y debe aceptarse.

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