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Temida Apnea

 

¿Duerme usted tan bien como quisiera? ¿Está adormilado durante el día? ¿Han advertido sus allegados un cambio negativo en su conducta? Estos son algunos de los síntomas que caracterizan al trastorno denominado apnea.

La imagen del varón obeso, con más de cuarenta años de edad y adormilado a media tarde en una butaca no es nada sorprendente. Muy al contrario es una estampa habitual en muchos hogares españoles. Pero lejos de ser una visión simpática es posible que detrás de ella se esconda un problema de salud, y que el sueño no sea tan plácido como parece.

La apnea del sueño es una enfermedad que afecta al 5% de los españoles. Más de un millón de personas la sufre en España pero no todos lo saben. Menos de un 5% de los casos de los afectados ha sido diagnosticado y tratados; en nuestro país esta cifra se personaliza en alrededor de treinta mil pacientes. El hecho de que sea una enfermedad detectada recientemente es la causa de que aún sean muchos los facultativos que no reconocen sus síntomas.

apnea

¿Ronca?, ojo avizor

La apnea central del sueño se define como una disminución del sistema nervioso central para estimular la respuesta respiratoria. Mientras se está dormido se produce un cese momentáneo de la respiración. En estas condiciones el oxígeno no llega al organismo y el cerebro avisa mediante ondas cerebrales al individuo para que recupere la capacidad respiratoria.

El síntoma o signo clásico de la apnea del sueño es el ronquido. Roncar puede insinuar la falta de inspiración de aire por una sucesión característica: varios ronquidos fuertes seguidos que dan paso a un pequeño silencio durante el cual se produce la apnea. La misma dura aproximadamente alrededor de diez segundos. Tras ella hace su aparición la respiración de nuevo aunque de un modo más superficial con ruidos finos. Y de ahí volvemos al ronquido. Es importante destacar que aunque el ronquido puede ser (y de hecho es) un síntoma de la apnea del sueño, roncar no significa que se sufra esta dolencia.

Las víctimas

A pesar de su apariencia inofensiva, esta anomalía puede acarrear problemas como la somnolencia diurna e incluso, si no se controla debidamente, alteraciones cardiacas y muerte súbita durante el sueño. Los períodos sucesivos de apnea pueden ser los responsables de que ocurran arritmias cardiacas.

El diagnóstico se realiza mediante el estudio polisomnográfico. Consiste en valorar las condiciones del sueño del paciente, su frecuencia cardiaca, la oxigenación de la sangre y el tipo de respiración. Todo ello mientras duerme. La prueba suele efectuarse en las denominadas unidades del sueño y servicios afines.

El perfil tipo del paciente que sufre apnea es de un varón, de mediana edad, con sobrepeso u obesidad. Padece también de dolores en articulaciones o costillas y problemas de la capacidad respiratoria por la nariz.

Síntomas del enfermo

La apnea provoca un deficiente descanso nocturno. Esto se traduce en alteraciones de la conducta. Las relaciones personales con familia, amigos y compañeros de trabajo empeoran y el paciente se siente poco a poco desplazado del mundo real. Se encuentra incapacitado para pensar con claridad y cree perder memoria y estar emocionalmente enfermo. En las primeras horas del día presenta también irritabilidad o enfado.

Asimismo tiene tendencia a dormirse en cualquier sitio y a cualquier momento. A la larga, todo ello es la base de problemas más intensos como la hipertensión arterial, la insuficiencia cardiaca o el aumento de glóbulos rojos.

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