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Grandes diferencias de edad

 

Existe un conocido dicho que dice que el amor no tiene edad. Sin embargo, la gente se muestra recelosa a aceptar parejas con grandes diferencias de edad. Además la aceptación de este tipo de parejas varía en función de si es él el mayor o ella.

Se ha convertido en algo habitual ver parejas que muestran una gran diferencia de edad. Es una situación que ya no se esconde sino que es un amor que se exhibe igual que cualquier otro.

Las parejas con grandes diferencias de edad, a pesar de los problemas a los que se enfrentan, son capaces de disfrutar de una pasión y una felicidad incalculables. Éstas se enriquecen de la conciencia y la madurez del miembro mayor, y de la fuerza y vitalidad del miembro más joven, que actúa como motor de la relación.

Siempre se han conocido parejas con estas diferencias de edad. Antiguamente, eran fruto de la negociación de matrimonios entre las familias. Sin embargo, en la actualidad la realidad es otra. Se forman porque los componentes de ésta así lo desean.

Este tipo de parejas son conocidas como parejas disparejas.

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Cuando él es el mayor

Resulta la opción más común dentro de las parejas con diferencia de edad. De hecho, en la actualidad comienzan a ser totalmente aceptadas por la sociedad. Pero lo importante del caso en que el hombre es mayor, no es su aceptación, sino su por qué.

Los hombres maduros buscan en una mujer joven la posibilidad de seguir viviendo la vida con plena intensidad. Necesitan sentir que todavía pueden seguir disfrutando al máximo de todo lo que les rodea. En cambio, las mujeres jóvenes, generalmente, buscan en un hombre maduro la protección que en su infancia no sintieron por la ausencia de la figura del padre.

Cuando ella es la mayor

Mientras las relaciones en las que el hombre es marcadamente mayor que la mujer han sido aceptadas, aquellas en las que la mujer resulta la mayor, siguen estando peor vistas. Provocan conclusiones maliciosas que se centran en los posibles beneficios sexuales que obtendría la mujer a cambio de sus recursos económicos.

Sin embargo, un hombre joven puede hacer una buena elección centrándose en una mujer madura. Éstas ofrecen una mayor calidez, tolerancia y estabilidad que las mujeres jóvenes.

La mujer madura tiene la experiencia necesaria para darse cuenta de que no hay que esperar al hombre perfecto. Conoce sus fallos y los acepta. No espera que su pareja se convierta en el príncipe de los cuentos de hadas. Esto aporta mayor seguridad a los hombres, que buscan en la mujer madura calor, comprensión y amor.

 

Prejuicios de la sociedad y la familia

Es habitual escuchar entre la gente que nos rodea el debate sobre si es realmente posible, que existan relaciones de pareja con grandes diferencias de edad. Todo el mundo se muestra con derecho a opinar de relaciones que ni tan si quiera conocen de cerca.

A veces, incluso las familias de la pareja se muestran poco comprensivas; y sus críticas, en ocasiones, llegan a ser muy hirientes. Resultan especialmente dañinas las que provienen de los hijos de relaciones anteriores, pues más de una vez les lleva a tomar la decisión de elegir entre, éstos o la nueva pareja. Lo más conveniente es mantener la calma y no hacer caso a los agravios, conservando la buena relación alcanzada con los hijos hasta el momento de la formación de la pareja.

Pese a todo, las críticas pueden ser afrontadas si se conocen las verdaderas razones por las que se ha formado la pareja y los puntos fuertes que le dan solidez. Las murmuraciones maliciosas no deben ser tomadas en cuenta. Defender los sentimientos y el amor que se profesan el uno al otro, debe ser lo único a lo que, estas parejas, deban darle importancia.

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