– Tomad una onza de Luna fina, copelada y tres onzas de mercurio.
Amalgamad, calentando primeramente la plata en láminas en un crisol y agregando en seguida el mercurio: remover con una varilla, siempre calentando bien.
En seguida se pondrá esta amalgama en vinagre con sal; se molerá todo con una moleta en un mortero de madera, lavando y quitando las impurezas. Se suspenderá cuando la amalgama sea perfecta. Después se lavará con agua ordinaria caliente y limpia, y finalmente se pasará a través de un lienzo bien limpio.
Lo que quede en el trapo será la parte mas esencial del cuerpo, y se le mezclará con tres partes de sal, moliéndolo bien y lavándolo. Después se calcinará durante doce horas.
Se molerá de nuevo con sal, y esto por tres veces, renovando cada vez la sal.
Entonces se pulverizará la materia en forma que se obtenga un polvo impalpable; se lavará con agua caliente hasta que haya desaparecido todo sabor salado.
Finalmente, se filtrará por un filtro de algodón, se desecará, y se tendrá la Cal blanca.
Se la pondrá aparte, para servirse de ella cuando haga falta, por temor de que la humedad la altere.