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– Lo que ahora cuento ocurrió hace años, mientras vivía en un edificio construido dos siglos atrás, en el viejo Madrid.

La novia de un amigo, abogada, joven e inteligente, estaba de visita en casa una noche. Me dijo que le habían regalado un tablero y como yo no creía mucho en la efectividad del mismo, acordamos que en la primera oportunidad en que nos encontráramos a solas, probaríamos.

Hicimos el juramento de que ninguna de las dos movería la ouija, para de esa forma comprobar, qué había de cierto en tantas leyendas escuchadas.

Una noche nos sentamos junto a la puerta de un balcón y nos concentramos en preguntarle algo sobre la historia de ese edificio y sobre quiénes lo habían habitado en un tiempo. Al principio, nadie respondía, así pasó algún tiempo, hasta que de repente, la guija empezó a dar vueltas sin parar.

Volvimos a preguntar, y algo respondió que se llamaba Maria y que había vivido allí mismo. “¿Cómo moriste Maria?” Preguntamos y respondió: “fuego, fuego”. Al poco rato llegaron mi marido y su novio y terminamos la sesión.

En el mismo edificio vivían unas ancianas que habitaban en el edificio desde pequeñas, y subí a preguntarles si recordaban a una Maria que había muerto. Les dije que alguien me había visitado y recordaba haber venido a ese lugar de pequeña.

La Sra. Dominga me preguntó, que edad tiene esa amiga que te visitó, y al decirle que más o menos la mía, me dijo: ¡no hija! no puede acordarse de María, pues ella murió hace mucho en un incendio en su casa de la Sierra.

Al comentarle a mi amiga, acordamos otra sesión lo antes posible y así lo hicimos. Invocamos a Maria y ella nos dijo que sus hijos habían muerto también en el fuego, pero que había alguien con ella que también quería hablar esa noche. ¿Quién es? -preguntamos y la respuesta: Padre.

Al oír eso quedé helada, mi amiga no sabía que yo era huérfana, pues nuestra relación apenas comenzaba y ella no conocía nada de mi pasado, pensaba que mis padres vivían en mi tierra, pues yo no soy española. Ella insistió en que era yo quien debía contestar, lo hice y pregunté ¿quien eres? ¿Cuál es tu nombre? “tu padre, Arturo” -contestó.

Pregunté: ¿alguien más está contigo? y su respuesta fue: Sí, Zoila. Me puse lívida, el cuerpo me temblaba y mi amiga me miraba sin respirar, ¿tienes algo más que quieres decirme? “Si, vete lejos, cruza el mar”. Tu madre llora por ti aquí.

No pude continuar, comencé a llorar y la ouija comenzó a dar vueltas sin parar, Juro que no la tocaba apenas y mi amiga tampoco. Entonces, después de un tiempo mi amiga preguntó,¿algo más? Y la respuesta fue, “sal a la ventana, sal a la ventana”.

En ese instante, un pánico me recorrió por completo, ¿qué querían? ¿Eran ellos u otro ser había tomado su lugar?. Tuve tanto miedo, que supe que no eran ellos, no podían serlos pues nunca sentiría tanto miedo de mis padres.

Terminó la sesión y conté a mi amiga sobre mi pasado y la muerte de mis padres, ella temblaba, mientras me juraba que no había movido la ouija y que no sabía que era lo que había sucedido; prometimos no consultarla jamás.

Pasados unos días, hablé con la Sra. Dominga quien me confirmó que Maria había muerto al tratar de salvar a sus dos hijos de un incendio ocurrido en una casa que tenían en la Sierra Madrileña.

Paso el tiempo y crucé el mar, pero nunca mas he vuelto a consultar este tipo de juegos.

Experiencia con la Ouija. Experiencias Inexplicables

Nota: En el transcurso de nuestra vida, hemos oído y en ocasiones hemos experimentado, experiencias y vivencias inexplicables, aquí muchas personas, han expuesto lo que han vivido y sentido… Si deseas conocer muchas más experienciaspuedes consultar nuestro gran indice de vivencias, haciendo Clic Aquí

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