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Experiencias sin explicación.

– Siempre he creído que mis muertos, antes de irse, han venido a despedirse.

La primera vez que lo sentí fue cuando mi abuelo materno falleció.

Cuando mi madre enfermó gravemente, durante su agonía, siempre mantuve la esperanza de que no iba a irse.

Pero el noveno día sentí que ella estaba a mi lado todo el tiempo, que no se separaba de mí ni por un instante. Era una sensación de que me cuidaba como si fuera una bebé de un año y me di cuenta, que lo que ella quería era despedirse.

No me atreví a mirarla, me aparté de toda la gente que estaba a mi alrededor, me senté detrás de un gran pino y cerré los ojos.

Entonces, sentí que ella me daba un beso, y al cabo de dos minutos, mi hermana mayor salió del hospital para informarme de su muerte.

Pero no era necesario, yo ya lo sabía. Otras cosas relacionadas con la muerte me han pasado repetidas veces.

Por ejemplo, cuando algún vecino o alguien a quien conozco va a morir, siempre lo anuncio. Nunca con exactitud pero se sencillamente que alguien va a morir, y luego de haberlo sentido, no pasan más de tres días cuando algún conocido fallece.

Eso me acerca a Dios y me ha enseñado que la muerte es parte del proceso de estar vivo, o tal vez estar vivo es estar muerto y cuando alguien muere comienza una vida nueva.

Gracias por la oportunidad de que me han dado de expresarme.

Cuando alguien muere comienza una vida nueva

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