La técnica de la sensibilización encubierta se utiliza para eliminar hábitos negativos o conductas que llevan a situaciones destructivas (alcoholismo…).
Esta técnica ataca el problema desde su raíz mental. Para ello, se debe evitar que el individuo desarrolle hábitos arraigados partir de sus comportamientos que, aunque a él le resulten extremadamente placenteros, no son los más adecuados.
Por ello, es necesario que al individuo se le aplique un estímulo desagradable ante la realización de ese determinado hábito con el fin de que él lo identifique con algo malo o nocivo.
Asimismo se evitará que el individuo acuda a los lugares en los que desarrolla esos hábitos con el fin de que su entorno no le convenza de que se trata de algo malo sólo en situaciones aisladas.
Los pasos que sigue la sensibilización encubierta son muy complejos y comienzan con una fase de aprendizaje de la relajación progresiva y un estudio del hábito destructivo con el que se desea acabar.
A continuación hay que crear una lista de situaciones en las que el individuo realiza de forma más placentera su hábito.
Luego hay que buscar una situación en la que el individuo pueda sentir repulsión y alternarla con las escenas que le resulten agradables para que no se produzca un choque brusco de ideas con el fin de que no conduzca a un trastorno mayor.
El último punto es la aplicación de todos los pasos en la vida real. Con esta aplicación se ve si el individuo a superado o no sus hábitos con éxito.
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